El rincón de Cazón Palangana

Mallorca - Sevilla: El robobo de Mamallorca

Hubiera cambiado de canal, pero me han quitado las pilas del mando

A Mallorca hay que ir de viaje de fin de curso, ome. Y si vas a jugarte 3 puntos que sean los de coserte una ceja de haberte tirao malamente a la piscina desde el balcón del hotel. Si no que se lo digan a ... los sevillones, que fuimos en 2007 allí a jugarnos la Liga y nos atracó un señor de poco pelo rizado.

Comenzaba el partido y salía el Mallorca en tromba, como la auténtica ensaimada mecánica, marcándose un jugadón, con bicicleta incluida, un tal Ndiaye, que no debe ser el mismo que estuvo en el Betis porque éste pesa lo mismo que una pierna que aquel.

La grada mallorquina (tiene nombre de heladería), sin saber muy bien por qué, animaba a que los sevillistas emprendieran montando una frutería porque eran continuos los cánticos de «Fruta Sevilla, fruta Sevilla» y «Fruta Biris, oé». Qué empeño. A vosotros os va bien con las ensaimadas y la sobrasada, pero dejadnos vender el producto que queramos, hombre.

El Sevilla, a todo esto, salió al partido como nos tenía acostumbrados antes del encuentro contra el Levante, con gran caraja. Muestra de ello fue la jugada del 1 a 0. Ángel, jugador canario ex del Getafe, que cuando jugaba contra nosotros era Maradona, se iba a ir de tres jugadores del Sevilla sin encontrar oposición, filtraba un balón para el Ndiaye bueno y este centraba, con Jesús Navas enganchado evitando el fuera de juego, para que Diego Carlos intente despejar haciendo su cagadinha habitual (y ya van…) y le llegara el balón muerto a Antonio Sánchez (que tiene nombre de portero de bloque) para que remachara a la red.

La jugada de mayor peligro sevillón llegaría a la media hora. Bono le daba un tremendo pase a Rafa Mir para dejarlo solo delante del portero y que este intente marcar por encima del portero de manera fallida. Mi Rafa iba mejor hoy de gomina que de vaselina.

El Mallorca, viendo la caraja palangana, estaba desatao. De hecho, Ndiaye iba a provocar los óles de la grada haciendo un pedazo de caño. Comprobad en el descanso que ese chico no sea Ansu Fati, por favor.

Rafa Mir parecía tener un día regulero. Intentaba marcar de nuevo chutando desde fuera del área con el mismo resultado que en la acción anterior: balón destino mamaero. De momento, mi Rafa era más de fijador que goleador. Diego Carlos, sin embargo, estaba a punto de marcar de cabeza a la salida de un córner. Es muy del brasileño resarcirse de sus cagadinhas y aquí estuvo muy cerca de hacerlo.

Increíble que el Sevilla llegara al descanso perdiendo solo de un gol. El Mallorca siempre aparecía con superioridad en las inmediaciones de la meta de Bono. La solidez defensiva del equipo de Julen parece haberse derretido en los últimos encuentros como el helao de un niño chico.

El Sevilla empieza a ganarse el apodo del equipo de la casta y la caraja porque comenzaba la segunda mitad de la misma manera que lo hizo la primera. El Mallorca, que parecía hoy el Dream Team, se plantaba delante de Bono en apenas un minuto y al siguiente estrellaba un balón en el palo cuando ya se cantaba el segundo tanto. Desde luego, el discurso del descanso lo debe haber dao un múo.

El árbitro no era Iturralde, pero era guasita. Pitaba faltas que no eran y sacaba amarillas a los jugadores por protestar que les piten las faltas que no eran. A estas alturas de partido habría cambiado de canal, pero alguien me ha quitado las pilas del mando.

Julen, con polito blanco como un dependiente de Scalpers, hacía triple cambio para tratar de menear al equipo. Augustinsson, Delaney y Lamela saltaban al terreno de juego. Rafa Mir iba a tener su cuarta y más clara oportunidad del partido, estrellando el balón en el palo, provocando el primer sonoro «cagonsupadre» en los hogares sevillones porque el segundo iba a llegar con un despeje de cabeza de Ocampos. Han leído bien, despeje, porque un gran centro de Navas superó al portero del Mallorca y dejó el balón a placer para que Luquitas lo rematara, pero este remató hacia atrás.

El Mallorca se portó mal y no se fue a la cama en el minuto 72 porque vino el Coco. Lamela se sacó un zurdazo a la escuadra que dejó al portero del Mallorca con esguince cervical de observar cómo ese balón se colaba por un ángulo imposible de su portería. 1 a 1 en el marcador que hacían presagiar al menos un partido más igualado en sus minutos finales.

El colegiado se apellida Latre y, a tenor de sus decisiones, me hacía pensar que de nombre se llama Carlos. Más malo que chupá un paracetamol. Solo dio 4 minutos de descuento, expulsó por roja directa a Jaume Costa por hacerle una entrada fea a Lamela y en el minuto 94 anuló el 1 a 2 que marcó Ocampos por mano previa de Fernando tras controlar el balón con el pecho. No contábamos con la presencia de Iturralde en la sala VAR.

Acaba el encuentro. Voy a sacar la basura, a ver si me da el aire porque estoy ahora mismo pa que me den el premio princesa de Asturias al ciudadano cívico. Como me diga un vecino `buenas tardes´ soy capaz de decirle `los tuyos por si acaso´. Soñaré contigo, Jaime Lastre, con ese.

El tuitaso

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