Girona-Sevilla FC: Con lo mínimo, lo mejor (0-1)

El duelo corría el peligro de caer en la desidia por parte de un Sevilla que debía desconectar del glamour europeo de Anfield para meterse en el fango futbolístico de Montilivi. Con ocho cambios en su once respecto al que empató en Liverpool, los de Berizzo nunca se metieron de lleno en el choque en los primeros 45 minutos. Fue un duelo al tran tran, con errores en el pase propiciados por la presión de uno y otro equipo. En ataque, la nada. Sólo un remate de cabeza de Nzonzi que atrapó en su estirada Iraizoz, y un tiro lejano de Ganso que salió cerca del poste. Por su parte, el Girona lo intentó con un disparo al lateral de la red de Granell en un saque de esquina sacado en corto, y Mojica con un tímido y alto disparo.

Por lo demás, la nada. Banega el único que tenía algo de criterio, pero no encontraba compañía en Ganso ni en un Nzonzi desganado. Así como lamentaba mirar a la derecha para ver el deficiente rendimiento de Montoya. Sarabia, por su parte, corría más para defender las internadas de Aday que para crear peligro en ataque. Muriel, inédito. Todo, esa era la esperanza, solo podía mejorar en la reanudación.

Eso sí, la primera acción de verdadero peligro para el Girona, con un remate desviado de Junape casi desde el área chica tras un saque de esquina ensayado. Muriel la tuvo después, pero tardó en mundo en perfilarse y se quedó sin espacio para un disparo que desvió Iraizoz; al giual que lo intentó con un disparo de falta directa que obligó a lucirse a Iraizoz. Los de Berizzo parecían empezar a despertarse de la siesta que propicia este horario, pero fue sólo una interrupción de su sueño, el Girona volvió a crecerse.

Berizzo metió en el campo a Franco Vázquez para ver si variaba algo, y en la primera que tuvo el argentino puso en ventaja a Muriel que batía por el palo a corto a Iraizoz, que no anduvo muy fino. Pegada de equipo grande. Sarabia también tuvo el 0-2, pero su balón picado fue adivinado por el meta rival. Todo estaba de cara para el Sevilla FC, Pere Pons se encontraba con la punta de la bota de Lenglet en un claro remate que la gente ya cantaba como el 1-1. También disparaba cerca del palo Aleix García.

El técnico sevillista variaba su equipo dando entrada a Mercado por Montoya para que ayudara a Corchia con las entradas de Mojica por banda izquierda. El árbitro pudo meter al Girona en el empate, con un penalti de Franco Vázquez a Olunga a Kayode que nunca fue. Afortunadamente, Granell la estrelló en el larguero. El pitido final volvióa darle tres puntos a un Sevilla FC que logró, con lo mínimo, lo mejor.