Caer de pie ante los dioses del Olimpo (1-1)

Algunos sudores fríos recorrieron la espalda de muchos cuando el once oficial del Sevilla FC fue desvelad o y colocaban a Jordán como pareja de Rakitic en el centro del campo. No obstante, José Luis Mendilibar volvió a demostrar que nadie como él conoce a sus hombres. Con un Navas excelso , el Sevilla se desprendió de los complejos y a los dos minutos de empezar a rodar el balón, Óliver Torres mostró la carta de presentación con la que los sevillistas habían saltado al césped. El extremeño sorteó a los rivales con una osada maniobra en la que terminó lanzando a portería. Se marchó desviado, pero las intenciones eran claras: doblegar al rival.

La intensa presión con la que el Sevilla arrancó el encuentro casi encuentra su premio en una jugada combinada en la que Ocampos y En-Nesyri juguetearon mano a mano con el balón , pero ninguno de los dos supo definir, lo que derivó en una contra que el City aprovechó la contra para tirar por primera vez a portería, disparo que controló sin problemas Bono. Bien Badé y Jesús Navas conteniendo a la bestia noruega, demostrando que el tamaño no importa si un título está en juego.

Está acción desbocó a un City que empezó a coger las riendas del partido y haciendo trabajar a Bono que hasta en dos ocasiones tuvo que sacar los puños. El partido bajó su intensidad rozando los veinte minutos, el Manchester City se terminó de acoplar en el terreno de juego y a dominar el balón, mientras que el Sevilla contenía con solvencia su avance. Llegó la pausa de hidratación y el partido volvió a tornarse sevillista.

Los de Mendilibar le dieron las vueltas al muro cityzen y un supersalto, sí otro, de En-Nesyri le valió para lograr estampar el cuero en la portería rival tras un gran centro de Acuña. Corría el minuto 25 cuando 'la banda' volvió a desgañitarse desde la grada. El gol descolocó a los de Guardiola, que volvieron a subir la máxima presión de los nervionenses, e incluso Lamela llegó a tener el segundo antes de cumplirse la primera media hora aprovechando un buen pase de Óliver, le pegó con el exterior pero el disparo se fue fuera por poco. Una acción que sentó como un puñetazo en el estómago de los británicos, que empezaron a apretar tuercas y a hacer sufrir al Sevilla. No fue mucho tiempo, pero los envites del todopoderoso City encerraron a todos los efectivos rojos en su área. Intentando capear el temporal, Badé vio una amarilla por una falta sobre Haaland. Una acción que derivó en una falta muy peligrosa de Foden que fue interceptada por Jordán, que puso hasta su integridad en peligro. Otro gesto más que demostraba el compromiso hispalense.

Un carrusel de ocasiones en el área de Bono sucedieron los últimos minutos de la primera mitad. Sufría por primera vez el conjunto dirigido por José Luis Mendilibar , su particular titán empezaba a impacientarse y presionó con gran intensidad propiciando los errores del Sevilla. Varias faltas peligrosas que fueron bien interceptadas y para el descanso.

En la reanudación, el Sevilla volvió a salir igual de enchufado y a los dos minutos una recuperación de Ocampos derivó en una gran cabalgada y un pase a En-Nesyri que perdió el mano a mano con Ederson. El marroquí intentó desquitarse a los dos minutos, tras irse en velocidad, pero se escoró demasiado y el balón se marchó desviado.

Otro hombre a destacar en esta proeza es Lucas Ocampos. El extremo inyectó velocidad al juego, que aprovechaba todas las contras por la banda izquierda. Todas las llegadas de peligro eran fruto del extremo argentino que, cada vez que lo interceptaban, gritaba con rabia porque sabía que lo que estaba haciendo está al alcance de pocos. Se cumplía el primer cuarto de hora de la segunda mitad y el Sevilla ya había llegado con claridad hasta en tres ocasiones, pero el Manchester City sólo necesitó una para marcar. Un balón aéreo cabeceado por Palmer sorprendió a Bono y empató el encuentro en el 62. Un golpe crítico, pero no mortal. Los ánimos en el conjunto hispalense no decayeron y En-Nesyri volvió a perdonar.

La pila de los de Mendilibar empezaba a fallar ante el constante sobeteo de balón de los de Guardiola. El cántaro iba demasiado a la fuente y Bono volvió a ser providencial sacando un balón envenenado de Palmer. En un intento por aliviar los signos de agotamiento, Mendilibar metió al jovencísimo Juanlu por Óliver Torres. Tras la segunda pausa de hidratación, el City recuperó el control absoluto del cuero mientras que el muro del Sevilla luchaba por mantenerse firme. Con todos encerrados atrás, el plantel nervionense dio un recital de aguante y disciplina ante los ataques constantes del titán celeste. La oferta de 20 millones del Al-Hilal por Bono se antoja corta para esos paradones de valor incalculable. Bueno sí, valen un par de Europa League y media de esta Supercopa.

El crono seguía corriendo y los de Mendilibar le cogieron las vueltas al City para plantarse en el área con varios centros al área que no vieron rematador. Volvió a coger aire el Sevilla que empezó a creer que podía doblegar a la bestia. un extenuado Navas salió del terreno de juego ovacionado por todo el estadio. La tanda de penaltis estaba a la vuelta de la esquina y Cachete Montiel no podía perdérsela. Los cuatro minutos de añadido fueron cuarenta para los 1.200 sevillistas que rugían sin cesar. El de Zaldívar movió piezas antes del pitido final: Suso y Rafa Mir por Lamela y En-Nesyri. Todo estaba preparado.

Empezaba la tanda el City con Haaland, que no tuvo ningún problema en sortear al guardameta marroquí. Comenzaba la ruleta de la muerte: Ocampos, Álvarez, Mir, Rodri, Rakitic, Grealish, Montiel y Walker cumplieron , así que el primero que fallase, perdía. Es posible que el sevillismo ya haya perdonado el error del Nemanja Gudelj, pero es seguro que a él le costará más olvidarse. El serbio, un líder innato para su afición, había perdido la oportunidad de otorgar otro título a los suyos.