Los malos augurios del calendario sevillista

Nada más lejos de la realidad, el Sevilla volvió a caer en los mismos vicios que le han llevado a sumar 16 de los 60 puntos posibles esta temporada en liga. Y lo que es peor, el conjunto sevillista ha encadenado nueve partidos sin ganar como local, siendo los últimos tres derrotas consecutivas. Se trata de la peor racha histórica del Sevilla como local. La última victoria que la afición sevillista pudo presenciar en Nervión fue ante el Almería el pasado 26 de septiembre, con Mendilibar en el banquillo. Tres meses y medio y dos cambios de entrenadores después, el Sevilla sigue sin sacar los tres puntos en casa. Desde entonces han visitado Nervión el Rayo Vallecano, el Real Madrid, el Arsenal, el Betis, el PSV Eindhoven, el Villarreal, el Getafe, el Athletic y el Alavés sin que el cuadro nervionense haya logrado ganar habiendo sido derrotado en cinco ocasiones y empatado en otros cuatro partidos.

Si bien el Sevilla ya ha registrado su peor racha como local en toda su historia este año, el panorama puede empeorar. Los próximos duelos que el Sánchez-Pizjuán va a acoger próximamente no son, en absoluto, sencillos. El siguiente en la lista será el sábado 27 de enero ante Osasuna, luego vendrán las visitas del Atlético de Madrid, la Real Sociedad y el Celta, todo, en competición liguera.

El calendario no mejora si se incluyen los duelos fuera de casa. Además de los octavos de final de la Copa del Rey el próximo martes ante el Getafe, el Sevilla completará su semana jugando en Montilivi ante el Girona el domingo. Dos esfuerzos titánicos para un equipo que está de mírame y no me toques. Ante el Alavés, los hombres de Quique Sánchez Flores firmaron los mejores 25 minutos iniciales de la temporada, desplegando un juego coherente, con cierta garra y demostrando superioridad sobre su rival. No obstante, los babazorros se encontraron con el gol, un mazazo que actualmente el equipo no sabe gestionar. La debilidad mental y la desconcentración que mostró el Sevilla en este duelo son claros indicativos de peligro.

Los errores posicionales, la falta de físico o la puntería pueden entrenarse, pero la mente tarda en sanar, ya sea individual o colectiva. Las palabras de Fernando Reges tras su regreso a Brasil resuenan con más fuerza tras esta derrota: «Desde mi punto de vista, el Sevilla ha perdido el hambre de la victoria. Yo espero que vuelvan a luchar por la Champions League y por títulos, pero tendrán que cambiar muchas cosas, especialmente volver a odiar las derrotas«.

Tras dos cambios de entrenador, los dedos empiezan a señalar al vestuario. La falta de hambre y de actitud de este plantel puede pasar a la historia si el descenso termina consumándose. No es una hipótesis, es una realidad. El Sevilla ha hecho a estas alturas un punto menos que en la temporada del último descenso, la 1999-00. Por aquel entonces, el club hispalense acabó el curso en última posición. De esta forma, el conjunto sevillista debe meterse desde ya en la cabeza que el objetivo de la temporada es, única y exclusivamente, la salvación.

El Sevilla es un equipo en reconstrucción, que tiene aún mucho que peonar para tener un esqueleto sólido. El mercado de invierno deja clara la ruta a seguir: captar talento joven. El antídoto ante la apatía que impera en un vestuario que tocó techo hace demasiado tiempo. Un desapego que puede costar muy caro. Sólo cabe esperar que el equipo tenga una epifanía y que Víctor Orta siga trabajando en la limpia que tanto necesita el Sevilla. El muro ante el que se está topando el director deportivo son las salidas. Si bien Rafa Mir es el jugador que parece estar más cerca de marcharse, puesto que el Valencia insiste en su cesión y el Sevilla está receptivo, pero la situación idónea sería dar salida al menos a dos jugadores más. Gattoni, que apenas ha disputado minutos desde que recaló en el equipo, negocia con el club también una cesión que lo enchufe en la competición. En resumidas cuentas, el cambio de dinámica del Sevilla pasa por sacar el máximo de puntos ante el peor calendario posible, Girona, Osasuna, Rayo Vallecano y Atlético de Madrid serán pruebas de fuego para determinar cuál es la categoría a la que realmente pertenece el Sevilla.