Betis
Noventa minutos desperdiciados
El Getafe compensó con la intensidad su inferioridad técnica y el Betis, con sus imprecisiones en el pase, puso el resto
Willian José y Djené, en un lance del Getafe - Betis
Había interés por comprobar el desempeño del Betis campeón copero tras su vuelta a la realidad liguera. No es Manuel Pellegrini hombre que se duerma en los laureles, pero de sus jugadores no hay estadísticas suficientes para certificar la tensión competitiva ... tras un título y las resacas de las celebraciones subsiguientes. La cita era en Getafe, donde ven al chileno como el «Hombre Pálido» de Guillermo del Toro. No es para menos: históricamente se los ha cenado incluso a la hora del almuerzo y de la merienda, con colegas en el banquillo con gusto por el balón y otros disgustados con el esférico y con el mundo, como es el caso de José Bordalás .
Sería fácil afirmar que se vio un equipo hipotenso como consecuencia de tantos festejos, pero yo sólo vi un equipo demasiado confiado en su potencial. Lo mismo esperaba que este Getafe que intenta cosas (poquitas, porque tiene lo que tiene) no le exigiría tanto como los de antaño, pero al final los locales compensaron con la intensidad su evidente inferioridad técnica y los verdiblancos, con sus imprecisiones en el pase, pusieron el resto, hasta completar un partido tirando a infame.
Y fue una pena, porque la jornada que se cerraba en la capital se había saldado muy favorablemente para ellos. El eterno había pinchado, demostrando que la segunda vuelta se le está haciendo larga como una rueda de prensa post-empate de Lopetegui ; el Atlético , a tiro suyo, naufragó en el Cantábrico bilbaíno y sin chaleco salvavidas, que ya se sabe que Simeone considera una aberración ponerse otra prenda que no sea el negro velatorio; la Real , que le sigue como espía de guardarropía, siempre cerca, pero sin llegar a él, había quedado medio carbonizado por el Rayo y sólo el Barcelona de Piqué y Rubiales había mantenido el segundo puesto tras pedir la hora, los minutos y los segundos ante un Mallorca con fuertes oleajes golpeando todas sus costas.
Nada está perdido y la Champions es y debe seguir siendo un objetivo, pero ayer en Getafe se desperdiciaron 90 minutos importantes para intentarlo con todo más de cara.
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