Protocolo, proctología y chabacanería institucional
Dejen los clubes que sean los aficionados los que se despachen a gusto, por peculiar que sea nuestra forma de expresar la idiosincrasia sevillana
Alberto Fernández, redactor jefe de Deportes de esta Casa, incidía en su último artículo, coincidente con el penúltimo rifirrafe entre los eternos, en la necesidad de que los gestores de nuestros clubes se remitieran a la educación y a esa norma de vida de no ... hacer lo que no te gustaría que te hicieran en sus comunicaciones oficiales. Siempre, pero más cuando de lleno o de forma tangencial afecte a uno de ellos. En fútbol, hablar en caliente quema más a quien abre la boca que a quien no se tapona los oídos, aunque sólo sea la piel de su imagen.
Esgrime el Sevilla que su inmediata felicitación a Enzo Maresca es coherente con el protocolo que sigue desde siempre en sus enhorabuenas o en sus pésames, sin atender a que cuando anda por medio el fraterno hay que tener cuidado con que el protocolo no se convierta en ejercicio de proctología, rama médica que se ocupa de los problemas en el recto y de la próstata y que tiene en la palpación vía puerta trasera una práctica clínica habitual. Desconozco las estadísticas de cuánto se usa de urgencia, pero seguro que el mayor volumen se da horas o días después de suscitarse la sintomatología.
Y eso que vale ahora por Nervión debió valer por Heliópolis, cuando en 2023 se publicó en las redes sociales el video de una grada eufórica minutos después de que el Sevilla resultara eliminado en la fase de grupos de Champions. Sí, Adrián, el Betis no estaba tampoco en esa competición.
Dejen los clubes que sean los aficionados los que se despachen a gusto, por peculiar que sea nuestra forma de expresar la idiosincrasia sevillana, muy soez, lamentablemente, a veces. Y no permitan a sus empleados ser partícipes de lo último. Ramón Alarcón, espectador primero y cómplice necesario después en un cántico de lo más grosero y machista en la previa de la final, debería hacérselo ver. Aunque sólo fuera por proteger la dignidad de su madre de vientos contrarios sólo veinticuatro horas después. Lo que resulta gracioso cuando lo oyes con un color, suele doler cuando cambia el cromatismo.
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