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'Valor, agravio y mujer': algo más que un estreno

Solo el tiempo determinará si se trata de un hecho fugaz, pero la obra de Ana Caro de Mallén tiene merecimientos suficientes para que no ser flor de un día

«La mayor dramaturga del Siglo de Oro nacida en España»

Pablo Gómez-Pando y Julia Piera, en la obra Sergio Parra
Julio Bravo

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Crítica de teatro

'Valor, agravio y mujer'

  • Texto Ana Caro de Mallén
  • Versión Juana Escabias
  • Dirección Beatriz Argüello
  • Escenografía Carolina González
  • Vestuario Rosa García Andújar
  • Iluminación Paloma Parra
  • Creación musical Luis Miguel Cobo
  • Movimiento escénico Pau Arán
  • Intérpretes Lucía Barrado, Pablo Gómez-Pando, Jesús Hierónides, Ignacio Jiménez, Natalia Llorente, Luis Moreno, Julia Piera, Paco Pozo y Sol Vicente
  • Lugar Teatro de la Comedia, Madrid

El estreno en la Compañía Nacional de Teatro Clásico de 'Valor, agravio y mujer' es algo más que un estreno. Es la recuperación de una autora y supone, como dice la directora del montaje, Beatriz Argüello, saldar una deuda con Ana Caro de Mallén. Sumar a esta dramaturga al repertorio de la CNTC y al canon del Siglo de Oro es algo que se le debe, fundamentalmente, a Juana Escabias, tenaz en su empeño por arrojar luz sobre su vida y su obra.

Solo el tiempo determinará si se trata de un hecho fugaz, pero 'Valor, agravio y mujer' tiene merecimientos suficientes para que no ser flor de un día. Se trata de una magnífica comedia de capa y espada -en la que, una vez más en nuestro Siglo de Oro, una mujer se viste de hombre-, que muestra a una autora robusta, con dominio del oficio y de la arquitectura teatral, y una altísima calidad literaria.

El mejor ejemplo, la escena de la doble seducción nocturna, donde cuatro de los protagonistas expresan sus sentimientos en unas hermosísimas series de versos. La protagonista, Leonor, busca la venganza contra el ultrajador Don Juan, pero el amor le impedirá finalmente llevarla a cabo y la obra tiene un final feliz que aleja a la autora del feminismo.

La escena de la doble seducción aludida -resuelta con bellísima sencillez- es también una de las más destacadas del montaje que firma Beatriz Argüello, una actriz muy admirada y curtida en el repertorio áureo. Elegancia y finura son dos de las características de su puesta en escena 'clásicamente contemporánea' -en el mejor sentido del término-, sin estridencias innecesarias ni extravagancias, con unas precisas escenas de esgrima -se nota la firma del magnífico Jesús Esperanza-, con sus gotas de humor y buenas interpretaciones, especialmente de su protagonista, la magnética Julia Piera.

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