'La Patética': morir os sienta tan bien
CRÍTICA DE TEATRO
Miguel del Arco presenta su nueva creación en el Teatro Valle-Inclán dentro de la temporada del Centro Dramático Nacional
Miguel del Arco: «'Rigoletto' es perfecta tanto en lo musical como en lo dramatúrgico»

Crítica de teatro
'La Patética'
- Texto y dirección Miguel del Arco
- Escenografía Paco Azorín
- Iluminación David Picazo
- Vestuario Ana Garay
- Sonido Sandra Vicente
- Composición musical Arnau Vilà
- Coach de dirección orquestal Asier Eguskitza
- Intérpretes Jimmy Castro, Inma Cuevas, Israel Elejalde, Jesús Noguero, Juan Paños, Manuel Pico, Francisco Reyes
- Lugar Teatro Valle-Inclán, Madrid
Miguel del Arco es, además de una de las principales figuras de nuestra escena, uno de sus timoneles; su ya histórico montaje 'La función por hacer' (2013) marcó el rumbo a muchos creadores, y la impronta de su Teatro Kamikaze ha dejado ... una incuestionable huella –aún es pronto para saber su verdadera profundidad– en el teatro español. Por eso su 'regreso' –la televisión y la ópera le han secuestrado prácticamente durante el último lustro– es una verdadera alegría.
Del Arco presenta en el Centro Dramático Nacional una obra escrita y dirigida por él, 'La Patética', lejanamente inspirada en'Morir', de Arthur Schnitzler, pero que tiene, sospecho, mucho de experiencia y reflexión personal, incluso de terapia. Pedro Berriel, un ilustre director de orquesta, está en plena grabación de la 'Sexta Sinfonía' de Piotr Illich Chaikovski, conocida como 'Patética', al tiempo que vive la fase terminal de una terrible enfermedad.
El autor Miguel del Arco envuelve a su protagonista en un delirio en el que le acompaña el propio Chaikovski y en el que se mezclan, entre otros personajes, Vladimir Putin, un implacable crítico musical, uno de los personajes de 'Tres hermanas', de Chéjov y los padres del propio director de orquesta. El texto es una catarata de ideas, alegatos y reflexiones: sobre la muerte, sobre la homosexualidad, sobre la familia –los monólogos de los padres son sobrecogedores–, sobre la creación artística, sobre la amistad... que se vomitan más que se expresan sobre el escenario con gran habilidad dramática y humor, pero de forma excesivamente reiterada y prolija en ocasiones.
El director Miguel del Arco ha sido muy cuidadoso, y hasta generoso, con el autor, y brinda un primoroso y magnético espectáculo –apoyado en la brillantísima escenografía de Paco Azorín– lleno de ritmo, exactitud, intención y sutileza en los detalles. Su 'actor de cabecera', Israel Elejalde –ajustado protagonista–, encabeza un más que brillante y atareado reparto, en el que destacan el exuberante trabajo de Inma Cuevas y la cabal encarnación de Chaikovski que hace Jesús Noguero.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete