En el búnker de Carmen Thyssen: así ha sido la salida del 'Mata Mua' de Andorra
El periódico, testigo de los preparativos para el retorno a España del lienzo de Paul Gauguin, joya de la corona de la colección
De la cámara del tesoro hasta la frontera, la operación retorno del 'Mata Mua' en imágenes
Aún no ha amanecido en Andorra y en el búnker de Carmen Thyssen ya se abren y cierran puertas blindadas y resuena el chasquido de los dobles y triples cerrojos. Sobre una pared descansa un lienzo de Modest Urgell. En la otra se amontonan cajas ... y cajas y más cajas llegadas desde Lugano (Suiza). «¿Son de Villa Favorita?», preguntamos. La respuesta afirmativa daría pie a seguir tirando del hilo, pero hoy no es el día. Mucho menos el lugar. Porque el búnker de la baronesa, cámara del tesoro en la que custodia parte de la colección que no se muestra, se prepara este lunes para despedir a su más ilustre invitado . «El cuadro vuelve a su casa. Ha reposado y ha cogido energía para volver al museo», celebra Guillermo Cervera, sobrino de la baronesa y conservador general de la Colección Carmen Thyssen.
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El cuadro, claro, es ‘Mata Mua’ , el codiciado lienzo de Gauguin que salió de España en junio de 2020 y que regresa ahora, justo a tiempo para la firma, este miércoles , del alquiler de la colección Carmen Thyssen . Una operación retorno que arranca poco antes de las siete de la mañana, con Guillermo Cervera abriendo las puertas del búnker y encendiendo dos gigantescos focos bajo los que se examinará, pulgada a pulgada , el lienzo de Gauguin. Cervera será el encargado de supervisar toda la operación y de acompañar el ‘Mata Mua’ hasta la frontera andorrana. Tampoco pierde detalle Lucia Cassol , jefa de Registro del Museo Thyssen desde su inauguración en 1992. En junio de 2020 ya fue ella quien viajó junto al cuadro y, pese a estar jubilada, repite también como correo en su regreso. «Mi destino está ligado al 'Mata Mua'», bromea.
El cuento de nunca acabar
Poco podía imaginar Gauguin el azaroso periplo que acabaría viviendo una tela que pintó en 1892, durante su primer viaje a Tahití, y que vendió por mucho menos de lo esperado en 1895 para costearse una segunda escapada a la Polinesia. O tal vez sí, y precisamente por eso lo bautizó con unas palabras en maorí cuya traducción, ‘Érase una vez’, a punto han estado de convertirse en un cuento de nunca acabar. Un cuento que, tras años de enredos administrativos, desfile de ministros de Cultura y baile de cifras, pasará página este miércoles, cuando el óleo de Gauguin presida la firma del contrato de alquiler de la colección de la baronesa.
En Madrid, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, rubricará el acuerdo junto a Carmen Thyssen y su hijo Borja. Será entonces cuando ‘Mata Mua’, el cuadro que el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza compró hasta en dos ocasiones (la primera, en 1984, junto a Jaime Ortiz-Patiño; la segunda, en 1989, ya en solitario tras volver a sacarla a subasta) quede expuesto en una suerte de altar y rodeado por otros ocho lienzos, una cerámica y un dibujo de Gauguin.
Antes de eso, sin embargo, hay que salir del búnker. Para eso, ahí están, manos a la obra, los dos trabajadores de Inte Art , una empresa especializada en transportes de obras de arte (dos transportistas que se turnarán al volante, siempre sin superar los 90 kilómetros por hora), y que van camino de convertirse en auténticos expertos en la obra de Gauguin. Porque, además de transportar la obra en una furgoneta por segunda vez (ya cubrieron la ruta Madrid-Andorra, explican), también se encargan de sacarla de la caja fuerte , embalarla en papel tisú con ph neutro y depositarla en la caja. Un ballet perfectamente coreografiado que arranca cuando Cassol pronuncia las palabras mágicas («Ya podemos», dice) y termina con el furgón rumbo a la frontera escoltado por una patrulla de la policía andorrana de paisano. Ya en terreno español será la policía nacional la encargada de retomar la escolta.
En la trasera del cuadro lleva instalados unos controles de humedad. Son unos papeles secantes por si hubiera exceso de humedad. Un sistema pionero que utiliza el equipo de Restauración del Museo Thyssen. La caja se precinta con unas cintas numeradas para constatar que la caja no ha sido manipulada en todo el viaje. C armen Thyssen se ocupa de los gastos de transporte y seguros .
Durante el proceso, todos los pasos están marcados y, para cuando la caja fuerte se abre, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. Así, mientras los dos operarios preparan la caja que ha de acoger la obra, una pieza de color chillón de 80 kilos y madera impermeabilizada que se fabricó expresamente para el traslado de 2020, Cervera y Cassol estudian el lienzo y completan un informe de daños . «Estamos revisando que el estado de la obra sea el óptimo, que no haya sufrido ninguna modificación en su estancia aquí», explica Cervera mientras ilumina con una linterna detalles que Cassol procede a comprobar en un dosier. ¿Todo en orden? Todo en orden. Un par de firmas, unas cuantas capas de papel tisú y a la caja.
Próxima parada, el montacargas. Y de ahí, a la furgoneta. La caja se cincha al camión, que cuenta en su interior con un sistema de control de humedad y temperatura. A punto están de cerrarse las puertas cuando aparecen por ahí un pequeño camión de la basura y una furgoneta que avanza en sentido contrario. Uno de los policías se tensa ligeramente. El barrendero, sin embargo, sigue a lo suyo. Demasiadas películas, sí. «Un momento», interrumpe de pronto Cervera sacándose el móvil del bolsillo. « Qu e le envío una foto a la jefa ». Ahora sí, se cierran las puertas y el ‘Mata Mua’, fijado en el interior de la furgoneta, pone rumbo a España. Solo falta esperar, suspiran los transportistas, que los trámites en la aduana no les retrasen demasiado.
Llegada al Museo Thyssen
Aunque no fue así. ‘Mata Mua’ debía llegar al Museo Thyssen hacia las cinco de la tarde, pero finalmente se retrasó bastante tiempo. Había una gran expectación mediática por inmortalizar la llegada del cuadro al museo, casi dos años después de su salida. A las 21.17 horas la Policía Nacional cortaba al tráfico el tramo del Paseo del Prado que linda con la pinacoteca para que entrara el camión que portaba el ‘Mata Mua’: bajó la rampa en dirección al muelle de descarga y sacaron la caja, que pasó la noche en la zona de desembalaje, sin abrirse. A bordo del camión, Lucia Cassol y dos operarios de Inte Art. Explicaba Cassol a ABC que el viaje había sido «larguísimo» y que el retraso se debió a «un problema informático en la aduana» . Una vez que el camión entró en territorio nacional estuvo escoltado en todo momento por tres coches de la Policía Nacional. Por parte del museo estaban presentes el director artístico del Museo Thyssen, Guillermo Solana, y el equipo de Registro, que dirige Marian Aparicio. Está previsto que la caja se abra a primera hora de la mañana de hoy para que pueda aclimatarse al nuevo lugar y evitar así que le afecten los cambios de humedad y temperatura. Después se colgará en sala.
‘Mata Mua (Érase una vez)’, de Gauguin , firmado y fechado en el ángulo inferior derecho: ‘P. Gauguin 92’. Tiene una inscripción en la parte inferior izquierda: ‘Mata Mua’. Óleo sobre lienzo (91 por 69 centímetros), pintado en 1892. En noviembre de 1893, unas semanas después de su regreso de Tahití, Gauguin organizó una exposición de sus obras más recientes en la Galería Durand-Ruel de París. Entre las 46 obras expuestas estaba este cuadro. En un paisaje idílico, con montañas rosas y violetas, unas mujeres tocan la flauta y bailan ante un gigantesco ídolo de piedra. Adoran a la diosa Hina (la luna).
‘Mata Mua’ no encontró comprador en la subasta que Gauguin organizó en 1895 para costearse su segundo viaje a Oceanía. Tras rebajar su precio pasó a manos de Gustave Fayet y después por distintas colecciones privadas hasta que, en mayo de 1984, lo adquirieron por un precio récord y a partes iguales el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza y el también coleccionista y buen amigo suyo Jaime Ortiz-Patiño. El acuerdo fue que cada uno lo tendría durante dos años y medio. Al pasar cinco años decidirían qué hacían con él. Volvió a salir a subasta y el 10 de mayo de 1989 el barón Thyssen lo adquirió, esta vez ya en solitario en la sala Sotheby’s de Nueva York. De los 3,8 millones de dólares que pagaron el barón y Ortiz-Patiño en 1984 se pasó a 24,2 millones , que pagó en 1989 el barón.
El cuadro está valorado en unos 250 millones de dólares , precio en firme que un coleccionista ofreció a la baronesa por el cuadro, según cuenta ella misma. Una obra de Gauguin pintada también en Haití ese mismo año, ‘Nafea Faa Ipoipo (¿Cuándo te casarás?)’ , fue comprada hace unos años por 300 millones de dólares. Según ‘The New York Times’, la Autoridad de Museos de Qatar adquirió el lienzo, propiedad del coleccionista suizo Rudolf Stechelin.
Aunque ‘Mata Mua’ no formaba parte de las 775 obras del barón Thyssen compradas por el Estado español en 1993 por 350 millones de dólares, se hallaba expuesto en el Museo Thyssen desde su inauguración en 1992. Hasta que en junio de 2020 su propietaria, Carmen Thyssen, decidió sacarlo de la pinacoteca y llevarlo a su búnker en Andorra, donde ha estado desde entonces. A punto estuvo el entonces ministro de Cultura, José Guirao , de cerrar el alquiler de la Colección Carmen Thyssen por 7 millones de euros al año durante quince años. Quedaba incluido el ‘Mata Mua’, pero salían cuatro obras: ‘Caballos de carreras en un paisaje’, de Degas; ‘El 'Martha Mckeen' de Wellfleet’, de Hopper; ‘El puente de Charing Cross’, de Monet, y una cuarta obra, a elección de la baronesa (excepto el Gauguin).
Pedro Sánchez destituyó a Guirao antes de que se firmara el contrato de arrendamiento. La baronesa no solo se llevó esas tres obras; también el ‘Mata Mua’, que salió del Museo Thyssen el 8 de junio de 2020 y un día después de España. Se logró el permiso de exportación por silencio administrativo positivo . La marcha del cuadro a Andorra provocó un cruce de acusaciones entre Guirao y el secretario general de Cultura, Javier García Fernández. Las negociaciones con el nuevo ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, se hicieron con ‘Mata Mua’ ya fuera de España. Y será Miquel Iceta quien cierre finalmente una operación que se ha alargado más de una década.
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