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Los cinco millonarios que pueden inventar el futuro

Los proyectos más futuristas de Paul Allen, Sergey Brin, Elon Musk o Larry Ellison aspiran a cambiar nuestras vidas: desde un supertrén a 1.200 km/h a la inmortalidad

Los cinco millonarios que pueden inventar el futuro archivo

Ixone Díaz Landaluce

Son ricos y poderosos. Sus ideas han revolucionado nuestro mundo, pero los grandes gurús tecnológicos no tienen límites. No malgastan su tiempo en yates, 'jets' ni mansiones. Prefieren desafiar la frontera que separa la ciencia de la ciencia ficción. Los proyectos más futuristas de Paul Allen, Peter Thiel, Sergey Brin, Elon Musk o Larry Ellison aspiran a volver a cambiar nuestras vidas. Pasen y lean. Se lo cuentan en XL Semanal y aquí resumimos sus grandes proyectos:

Elon Musk y el supertrén

Visionario vocacional, Elon Musk , de 43 años, físico y emprendedor sudafricano, cofundador de PayPal, SpaceX y Tesla Motors, quiere revolucionar ahora el transporte. Su proyecto más ambicioso se llama Hyperloop y aspira a convertirse en una alternativa sólida a trenes, barcos, aviones y coches, que él mismo ha definido como un cruce entre «un Concorde y un cañón de riel». Anunciado en 2012, Musk -que inspiró el personaje de Robert Downey Jr. en Iron Man y es el cerebro detrás de los coches eléctricos de lujo Tesla y de la aeronáutica SpaceX- ha ideado una cápsula con capacidad para 28 personas que viajaría dentro de un tubo capaz de desplazarse sobre un colchón de aire. Su principal ventaja es la velocidad: alcanzaría los 1200 kilómetros por hora y sería capaz de conectar Los Ángeles con San Francisco (separadas por 563 kilómetros) en apenas 35 minutos. Sigue leyendo el proyecto en XL Semanal .

Larry Ellison y la inmortalidad

Larry Ellison, fundador de Oracle, tercera fortuna de los Estados Unidos y potentado extravagante donde los haya, ha decidido declararle la guerra a la muerte. «La muerte me cabrea mucho. No tiene ningún sentido para mí. Nunca lo ha tenido. ¿Cómo puede ser que una persona esté aquí y, de pronto, se desvanezca?», ha dicho para explicar que su proyecto más ambicioso consiste en encontrar el camino hacia la inmortalidad. ¿Cómo? De momento ha creado una fundación que dedica más de 40 millones de dólares al año a entender las enfermedades relacionadas con la edad y a financiar proyectos de investigación encaminados a revertir el proceso de envejecimiento. Podrían ser los delirios de grandeza de un megalómano si no fuera porque Ellison no está solo. Google lo acompaña en su cruzada contra la muerte. El proyecto de la empresa que más ha contribuido a cambiar el mundo y nuestras propias vidas en la última década no debe tomarse a broma. Su proyecto se llama Calico, una empresa de biotecnología destinada a prolongar la esperanza de vida. Sigue leyendo sobre el proyecto en XL Semanal.

Paul Allen y el avión del espacio

Paul Allen, cofundador de Microsoft junto con Bill Gates, prefiere mirar al espacio. Su apuesta más ambiciosa es el avión Stratolaunch. Obviamente no es un avión cualquiera, sino dos Jumbos con seis motores de Boeing 747, una envergadura superior a la de un campo de fútbol y una estructura que, además, transporta un cohete. Pretende ser una alternativa más segura y económica para lanzar satélites, facilitar el suministro de las estaciones espaciales y, en un futuro no tan lejano, poner en órbita cohetes tripulados.

Sergey Brin y la hiperconexión

De Google X, el laboratorio tecnológico semisecreto que dirige Sergey Brin, ya han salido las polémicas Google Glass (unas gafas capaces de hacer las funciones de un smartphone) y pronto verán la luz unas revolucionarias lentillas capaces de medir los niveles de glucosa de los diabéticos. Y hay más: en cinco años podrían llegar al mercado los coches sin conductor que el buscador está desarrollando y que ya han recorrido más de 800.000 kilómetros en circuitos de pruebas.

Peter Thiel y la oficina global

También hay problemas más mundanos que resolver. Por ejemplo, las restrictivas leyes de inmigración de los Estados Unidos. En eso trabaja Peter Thiel, cofundador de PayPal, libertario de carné y el primer inversor que tuvo Facebook. Frustrado por la cuestión de los visados para cerebros extranjeros que quieren hacer carrera en Silicon Valley, se ha convertido en la cara visible (y principal mecenas) de Bluessed, un barco con capacidad para un millar de personas que, en la bahía de San Francisco, funcionará como un semillero de start-ups para emprendedores. Sin necesidad de visado -pues flotaría en aguas internacionales- y con todas las comodidades: instalaciones deportivas, jardines, helipuerto... Aquellas empresas que lograran consolidarse se trasladarían a la tierra firme (y próspera) de Silicon Valley.

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