semana santa
La fe en la tradición de los 15+1
La cofradía 15+1 de L’Hospitalet, una de las pocas laicas que se conocen en toda España, empezó por casualidad en un bar y organiza las procesiones más masivas de Cataluña

Hace ya 37 años, en 1977, un grupo de andaluces estaban en un bar en el barrio de Pubilla Cases, en L’Hospitalet, contemplando con añoranza imágenes de la Semana Santa andaluza en el televisor del local y de forma espontánea acabaron improvisando una procesión con una mesa del bar, una sábana con una virgen dibujada y latas de cerveza como si fueran velas.
Lo que parece una historia de película son los inicios de la Cofradía 15+1, que nació con 15 melancólicos (el +1 simboliza el pueblo de L’Hospitalet) y que hoy cuenta con 700 socios, que organizan todas las procesiones de la ciudad. Sus actos se han convertido en uno de los multitudinarios de Cataluña. La agrupación, además, destaca por ser laica, basada en estatutos civiles y que no dependen de ninguna iglesia. Su unión, y devoción, es la fe en un sentimiento que dicen, no se puede explicar en palabras.
«No estamos regidos por el rito canónico, pero tenemos seriedad, devoción, respeto, sencillez, fervor y sentimiento», explica Manuel Romera, el presidente de la 15+1. Incide en que «la fe no tiene nada que ver con la crisis ni con la religión: puedes ser más o menos creyente, ¿pero quién no se acuerda de Dios cuando le pasa algo?». Con el paso de los años la entidad ha ido creciendo y ofrece estos días varias procesiones, de Viernes Santo a Domingo Santo que explican la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Cifras de vértigo
Los 15+1 cuentan, ni más ni menos, que con once pasos, en los que salen más de 700 personas, con centenares de costaleros, una banda con 67 componentes de entre 8 a 65 años, unos 70 soldados de la centuria romana, y lanceros, cornetas y tambores. Sus varias procesiones son vistas año tras año por más de un millón de vecinos.
La organización es fundamental para esta gran familia, que aun no habiendo terminado los actos de este año ya han empezado los preparativos para los de 2015. «Ensayamos todo el año, solo descansamos en agosto», explica Romera. Los costaleros, por ejemplo, llevan desde enero practicando todos los sábados y domingos y los días previos a la Semana Santa muchos socios han estado hasta pasadas las 2 de la madrugada ultimando detalles en el local de la asociación, ubicado en la plaza de la Bóbila.
Además de los ensayos, hay que adecentar centenares de trajes y todos los complementos para sacar a la perfección los pasos. La cofradía tiene preparadas unas 600 túnicas para nazarenos y además los romanos tienen su propio vestuario y hay que tener a punto los instrumentos de la banda, eso sin olvidar que los centenares de velas y de flores frescas estén en perfecto estado listo.
Tirar adelante una semana de actos de estas dimensiones es, además, muy difícil económicamente. «Tenemos el presupuesto justo y vamos renovando nuestro material como podemos», detalla Manuel, que explica que este año estrenan dos sayas. Hace dos ganaron noveno paso, donado por un particular, y el año pasado, cuatro angelitos.
Poco a poco, y con las donaciones de los socios y subvenciones de las administraciones, van sacando adelante las procesiones. Y la hermandad sigue creciendo: en año y medio, el que lleva Romera en la presidencia, se ha pasado de 400 a 700 socios.
Con estas cifras es fácil apuntar alto, pero Romera toca con los pies en el suelo: «no queremos más pasos, de momento queremos mejorarlos y que tengan más calidad», explica, al tiempo que incide que quiere conseguir llegar a los 1.000 socios. «Es que somos la Semana Santa de L’Hospitalet», sentencia Romera, que anima a los ciudadanos a sumarse a esta gran familia.
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