El MACBA redescubre a Luis Claramunt

Pinturas, dibujos, libros que editaba él mismo, fotografías, su biblioteca particular e incluso programas de TVE dedicados al flamenco inundan la planta baja del MACBA para acercarnos a la vida y obra de Luis Claramunt (Barcelona 1951-Zarauz 2000).

Dos mujeres explican con mimo el universo de este artista inclasificable que vivió un «Viaje vertical», título de la exposición que hace referencia al título de un libro de Enrique Vila Matas. La primera es su viuda Teresa, que quiere dejar claro que Claramunt sabía distinguir muy bien lo que era arte y lo que no lo era. «Le apasionaba el flamenco y se rodeó de cantantes y bailaores gitanos con los que disfrutaba mucho», desvela Teresa.

Y la segunda es Nuria Enguita, comisaria de la muestra, que subraya que el público podrá reconocer la obra de un pintor nacido en Barcelona que captó de manera precisa lo que supone una gran ciudad. «Recogió restos y rastros de un momento de transformación artística sin precedentes pintando lo que veía pero nunca de forma natural».

El MACBA presenta la primera retrospectiva en España de Claramunt con un retrato muy acertado de sus múltiples traslados -abandonó en su juventud la capital catalana y se instaló en Sevilla, aunque también vivió en Madrid y en Bilbao con largas estancias en Marrakesh.

Enguita concreta que dejó Barcelona cuando consideró que se empezaba a «higienizar» y que ya no le inspiraba para su trabajo. En Madrid, con un estudio en la calle Montera, obtuvo «un breve reconocimiento internacional» y vio de cerca lo que significa la diversidad de una gran ciudad.

El visitante de este retrospectiva descubre primero sus últimos dibujos, de mínima caligrafía, y luego recorre su obra de forma cronológica hasta finales de los noventa. «Al principio sus cuadros eran muy densos y después se fueron estilizando hasta convertirse en caligrafía ligera», asevera Enguita.

En paralelo a la exposición, el MNAC presenta «Nonell y Claramunt. Registros de lo urbano», donde se muestra cómo Claramunt, pese a la distancia en el tiempo, se conformó como referente del especialista en gitanas, evidenciando claros rasgos de afinidad.