entrevista a maría ángeles lópez de celis
«Cobrar una indemnización con tu caja de ahorros quebrada también es robar»
El segundo libro de López de Celis, «El síndrome de Alí Babá», es «políticamente correcto», porque la corrupción de los 40 ladrones «afecta a todos». Desde el aceite de colza, la dimisión de Miró hasta casos actuales, como el «EREGate» y «Gürtel», sin olvidar los «Filesa», «Naseiro», o «Malaya», este volumen traza un mapa de la corrupción en España y en todos los partidos
Advierte María Ángeles López de Celis (Madrid, 1957) que ha escrito su segundo libro «indignadísima» y los párrafos del volumen que acaba de sacar a la luz y que lleva como sugerente título «El síndrome de Alí Babá» (Editorial Espasa, 2012) rezuman tintes de actualidad en cada costado: «En un país sumido en la crisis, con varios millones de parados y el futuro hipotecado en gran medida, donde el crédito no fluye y el gasto –además de la imaginación– se contrae, el ciudadano ha de exigir el fin de la tolerancia para la actividad de los corruptos que presumen de inmunidad». Porque el lema final del libro que nos presenta, describe, recopila y analiza algunos más de 40 casos de ladrones que se han enriquecido en el país a través de la financiación irregular de los partidos, con grandes «pelotazos» inmobiliarios, con recalificaciones, plusvalías desorbitadas y empresas «fantasma» con las que desviaban el dinero de las arcas públicas, es que los jueces y los dirigentes pongan punto y final a tanto despropósito. Que se acabe el lastrado sistema judicial cuyas carencias permiten a los «chorizos» fugarse por un recoveco de la Justicia y mofarse de aquellos a quienes han robado y que, a la postre y como Hacienda, «somos todos» los contribuyentes.

Esta suma de ladrones, de laxitud judicial y de sonrisas airadas frente a las cámaras de los presuntamente culpables son los que han puesto en pie de guerra a esta funcionaria de profesión que nos cautivó desvelándonos a los presidentes del Gobierno «en zapatillas» ( España, 2010), ya que por más de treinta años, acompañó a esos mandatarios desde la Secretaría de La Moncloa.
-¿Qué le impulsó a sentarse a escribir sobre corrupción: uno pone la tele y dice «voy a investigar», o quizás fue un caso concreto el «aguijonazo» que le motivó?
-Este libro nació de la indignación. Hace un poco más de un año me operaron de una rodilla y estuve tres semanas en casa sin moverme. Cuando ponías la televisión y leías las noticias, sentías que los ciudadanos éramos los auténticos damnificados de una hecatombe política y financiera que todavía sigue y al mismo tiempo cada mañana éramos víctimas de un «atraco a las tres». ¿En qué se había convertido este país? Por eso pensé que si podía aportar algo, lo iba a hacer. En estas situaciones no puedes quedarte sin participar estando más y más indignadísima cada día más, porque tienes la sensación de que nos engañan a todos. ¿Cuántos casos más tienen que salir? Además, hay que agradecer el trabajo de los periodistas y los medios de comunicación que vehiculan la información y gracias a los cuales se ha permitido conocer muchos de esos casos.
Escribe desde la indignación para que la Justicia no consienta la impunidad para chorizos
-¿Comprende el fenómeno del 15-M, cree que emergió con fuerza al conocer estos casos? En suma, ¿cree que la corrupción fue la piedra de toque para que el ciudadano indignado se echase a la calle?
-Claro que lo comprendo. Estamos indignados. Fue y es esa sensación de que las cosas no están funcionando. En la peor etapa de toda la era democrática, a nivel ciudadano también sientes que la Justicia no funciona. Cuando esos casos de corrupción llegan a los tribunales no reciben el castigo que deben recibir, ni devuelven el dinero robado, por eso este libro también es una llamada de atención sobre el ciudadano. No podemos volver la cabeza, tenemos que lograr que los políticos dejen de traicionar los juramentos que hacen y antepongan los intereses de España a los suyos propios.
-¿Son incongruentes los partidos políticos al pedir juramentos de transparencia y austeridad y luego tener en sus filas a personas imputadas o salpicadas por casos de corrupción?
-Totalmente incongruentes. Tenemos que aislar a todos esos que han metido o presuntamente han metido la mano en la saca. El pasado 20 de noviembre de 2011, en las elecciones generales, había cien imputados en las candidaturas de todos los partidos políticos a los que teníamos que votar. Hay que aislar esos casos y no consentirlo. Creo que este libro es políticamente correcto porque nos afecta a todos el problema de la corrupción.
-¿Y qué lleva a una autora cono usted a saltar de retratar la dimensión más íntima y «en zapatillas» de los jefes del Ejecutivo a sacar a la luz, digamos, todos los trapos sucios de otros políticos, de los corruptos?
-Mi etapa como funcionaria de Moncloa terminó con esa guinda que fue el libro anterior, que además fue muy bien acogido por la gente. Fue una etapa maravillosa que tenía un punto y final, y que quise completar con una aportación histórica y de datos interesantes de quién era cada presidente del Gobierno. Agradezco a todos los lectores la acogida [el libro fue un gran éxito de ventas].

Ellos entendieron aquel objetivo, pero esto es otra cosa que no tiene nada que ver. Me gusta la novela y próximamente publicaré otra, pero sentía la necesidad esta vez de compartir mi indignación en un ensayo; además, con el 15-M por fin la gente reaccionó. Independientemente de lo que haya pasado luego, fue un estallido social imprevisto. Era muy importante poner nuestro granito de arena y denunciar prácticas fraudulentas. No estoy descubriendo nada: la primera parte del libro es un recorrido por un elenco de personajes y basada en informaciones periodísticas, quién pagó o fue a la cárcel. Y luego en la segunda parte, que además está llena de observaciones personales, se habla de otro tipo de corrupción para la que no se aplica una ley concreta. Quiero decir que robar y ser corrupto no solo es meter la mano en el cajón, sino lucrarse con una indemnización astronómica con una caja de ahorros quebrada. Se trata de una auténtica inmoralidad.
En realidad, también ponemos un toque de humor al libro, hay que desdramatizar también porque la realidad ya bastante nos martiriza. Es más distendido, he optado por contarlo de forma dinámica sin remarcar todavía más la gravedad de los casos.
El impactante caso de Carmen Salanueva
-De todos los casos que compila, ¿cuál le llamó especialmente la atención? ¿Qué es lo que más le sorprendió de todos y lo que más le desagradó descubrir y escribir?
Salanueva se hizo pasar hasta por la Reina y por el presidente del Gobierno para enriquecerse
-Un caso que me choca muchísimo es el juicio final a Carmen Salanueva, quien fuera directora del Boletín Oficial del Estado (BOE) con Felipe González , entre 1985 y 1989. Salanueva se lucró a través de su cargo y se corrompió hasta con el precio del papel en el que se publicaba el Boletín, que cobraba a cuatro veces su precio real y se beneficiaba del resto. Tuvo hasta la desfachatez de hacerse pasar por la Reina y por el presidente del Gobierno para sus manejos personales. Es una persona ya fallecida, que siempre destacó por sus modos masculinos, su temperamento agrio, era enérgica, iba contra cualquiera que le hiciese sombra y tenía un coeficiente intelectual de superdotada, pero su caso fue y es un escándalo.
-¿Están todos los partidos políticos «pringados» en lo que a sinvergüenzas y chorizos se refiere? ¿Cómo cree que deberían meter mano y cortársela a sus dirigentes sucios y corruptos? ¿A qué partido cree que le ha salpicado más la corrupción?
-No se salva nadie. Todos tienen elementos imputados, aquellos partidos que son mayores territorialmente hablando tienen más casos que los reducidos, pero todos tienen los mismos problemas. Hay un capítulo en el libro que se llama «La mujer del César y el brazo de Santa Teresa» que retrata a diversos personajes y actuaciones muestra de cómo se funciona en los ayuntamientos, las Comunidades Autónomas, etc. Cuando los lees o escribes, te entra esa risa irónica de cómo puede ser verdad que esto suceda y se permita . Hay episodios del libro que te dejan con la boca abierta. Además, cuando los escribes y piensas que ya lo has escrito todo, que estás en la charca y que has debido tocar fondo, llega la realidad y supera todavía a la ficción.
Los partidos tienen que aislar de sus filas a todos los susceptibles o sospechosos de casos de corrupción . La formaciones políticas se financian de un modo poco transparente, viven por encima de la realidad, llegan a todos los tentáculos de la Administración y solo están sometidos a la supervisión del Tribunal de cuentas, esto es, solo rinden cuentas ante este organismo.
Algunos actúan así: mientras financian al partido, devuelven los favores, hacen una especie de trueque con otros servicios, es excepcional el funcionario que no sea corrupto, hay casos de empresas que te sirven servicios al mejor postor… Todo es un circo que no tiene sentido. Todos los partidos tienen que asumir la responsabilidad de echar a los imputados, porque a finales de este mes de febrero se mantenían 800 imputados políticos y funcionarios en distintos casos.
El síndrome psicológico del corrupto
-Si fuésemos policías, después de escribir el libro con tanto corrupto suelto, ¿cuál sería el primer indicio para que un partido o un ciudadano descubriese al ladrón: su vanidad, ambición… qué?
-El ladrón se piensa que esto es un cortijo, que puede manejar los dineros de todos o del partido como si fuesen suyos, que puede hacer y deshacer, mandar y desordenar… Y un indicio claro es que cuando les llaman corruptos por la calle piensan que están atacando su honorabilidad. Se lo creen realmente y es que dentro de la llamada Psicología del corrupto, éste se cree sus patrañas y se considera inocente. Los indicios son materia prima como para llenar un periódico entero.
En el caso que he contado de Carmen Salanueva , la actividad del BOE está sujeta a la intervención general del Estado, depende del Ministerio de la Presidencia y de mucha más gente que lo supervisa. ¿Por qué no se hizo nada? Nunca más se debe mirar para otro lado, los funcionarios son servidores públicos que tienen que garantizar y dar muestras de su honorabilidad y decencia. Frente a aquellos que presumen de robar y de que sus estrategias les han valido una buena jubilación, lo que hay que hacer es recuperar el orgullo por ser decente y por la legalidad.
-Usted aporta el dato de 4.000 millones de euros ahogados en la charca de la corrupción, ¿de dónde obtiene el dato, entre qué caso y qué caso ha computado para sumar esos miles de millones, serán muchos más los defraudados?
-Falta mucho por sumar. El dato se extrae de los medios de comunicación y se recoge en muchas estadísticas con repercusión, como las de ONG que evalúan los niveles de pobreza, los niveles de percepción de la corrupción en la ciudadanía… Había que poner un punto y aparte, porque es un suma y sigue. Siguen saliendo casos constantemente, pero se cerraba el libro y ya en máquinas incluimos la sentencia contra Jaume Matas en el «caso Palma Arena» para que no quedase desactualizado.
-El título de la obra es porque hay 40 ladrones, ¿cuál sería el primero en el escalafón su juicio, el mayor chorizo que ha habido en España?
Hay muchos más casos, ya que hemos querido escoger dentro de cada grupo por prescripción, urbanismo, financiación de los partidos políticos, una representación de formas de corromperse. Pero escandalosos son todos, cada uno en su línea es algo alucinante. Desde un vocal del Consejo General del Poder Judicial, como Luis Pascual Estevill , hasta Luis Roldán …
Pero creo que una muestra de la España profunda, almodovariana y sin sentido ninguno es la corrupción en Marbella.
-¿Quiere decir que el mayor corrupto fue Jesús Gil y Gil?
-(Risa) Es que fue tremendo verle a él, a la Pantoja, a Julián Muñoz…
-Y no le da la sensación de que los ciudadanos llega un momento en que perdonamos y olvidamos, es decir, a Isabel Pantoja al principio casi la apaleaban y ahora la vemos y nos da hasta pena. Parece que hayamos pasado página…
-Sí, llegamos a olvidarnos . Somos un poco bananeros para estas cosas, hay que exigir que las leyes se cumplan y tengan que resarcir lo robado, es difícil impedir que siga sucediendo sin una solución judicial contundente.
-¿Qué castigo deberían tener a su juicio estos comportamientos oscuros? ¿De qué país deberíamos tomar nota de cómo sancionan allí la corrupción y que fuese nuestro modelo a seguir?
-La aplicación de las leyes sería suficiente: la malversación de fondos, el fraude fiscal… todos los delitos tienen su pena reglamentada. La norma es aplicarla, que la justicia funcione y se cumplan las penas. Tenemos los instrumentos y tenemos que seguir y emular a cualquier país que respete a los ciudadanos, donde los políticos no traicionen a sus electores y se lucren cuando miles de personas están perdiendo su trabajo diariamente.
-Usted dice que también hay jueces que se han dejado seducir por la tentación, digámoslo de esta manera, si el ciudadano no puede creer ya en la Justicia, ¿en qué cree entonces?
-Eso mismo me pregunto yo. Tenemos que exigir, el Estado de Derecho tiene que funcionar, no podemos permitir que los corruptos se vayan de rositas. La impunidad no puede ser la vía de ninguna manera, cuando hemos escuchado sentencias con todo tipo de pruebas, grabaciones que sonroja escuchar, etcétera, y los absuelven o les imponen unas penas ridículas, el ciudadano se queda con cara de póker, maldecimos, nos indignamos y al final hasta nos acostumbramos .
Noticias relacionadas
- Su anterior libro, «Los presidentes en zapatillas»: «La calidez de Suárez; Calvo-Sotelo, el formado; adusto Aznar y Zapatero, el impasible»
- Entrevista a López de Celis: «Hasta Cascos ha corroborado que le mordieron los perros de Aznar por su mal carácter»
- Isabel Pantoja, un año en el banquillo
- Jaume Matas, condenado a seis años de cárcel y nueve de inhabilitación por corrupción
- La condena a Matas por corrupción puede derivar en una «cascada de arrepentidos»
- Cuatro presidentes autonómicos condenados por corrupción
- Las mayores fianzas impuestas a políticos acusados de corrupción
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete