tenis
El pulso continúa en Roland Garros
Tras luchar con Federer, el mallorquín cambia de pareja de baile para dejar un nuevo clásico para la historia

Antes de que Novak Djokovic inaugurara su año mágico, el cara a cara con Nadal marcaba un cómodo 16-7 a favor del manacorense. Las distancias se han recortado hasta un 16-11 después de que el serbio enlazara cuatro victorias consecutivas en los Masters 1.000 de Indian Wells, Miami, Madrid y Roma . Dentro de una semana, en París, territorio Nadal, empieza Roland Garros, y los aficionados esperan una nueva entrega de este clásico contemporáneo. Salpimentado, además, con algunos debates interesantes: el número uno está definitivamente en juego y el récord de Björn Borg (6 ediciones de este Grand Slam en su poder), a tiro.
Novak Djokovic suma 37 victorias consecutivas en 2011 y 39 desde finales del año pasado, cuando contribuyó decisivamente a la victoria de Serbia frente a Francia en la final de la Copa Davis. A los citados Masters 1.000 hay que sumar este curso los títulos de Australia, Dubái y Belgrado. Ha ganado cuatro veces a Nadal y tres a Federer. En Roma, Murray estuvo a punto de hacerle descarrilar en semifinales , pero el temperamental jugador balcánico siguió adelante, engordando su palmarés, elevando sus límites.
En la era de los Federer-Nadal hubo un puñado de Nadal-Djokovic para la historia. En la memoria de los aficionados queda la final del Open de Estados Unidos 2010 , en la que el español ganó por 6-4, 5-7, 6-4 y 6-2 y cuadró su Grand Slam, algo que solo han conseguido siete tenistas en toda la historia. También las semifinales del Mutua Madrid Open 2009 , un larguísimo y dramático partido donde el manacorense salvó tres bolas de partido para imponerse 3-6, 7-6 y 7-6. En las semis de los Juegos Olímpicos de Pekín también derrotó al serbio (6-4, 1-6 y 6-4) y después ganó la medalla de oro al chileno Fernando González.
Novak había derrotado al español en varios partidos sobre superficie dura (Miami, Montreal, Indian Wells. Cincinnati...), pero nunca en una final. Nunca sobre arcilla. Este año la situación ha dado un vuelco espectacular. Ahora llega Roland Garros y el pentacampeón tendrá que discurrir cómo convertir en humano al invencible Djokovic.
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