ENTREVISTAMiguel Rafael MartosCantante
Raphael: «Espero una “gran noche” en Madridejos»
El artista actuará este sábado en Madridejos con su gira «Mi gran noche» en la que recupera grandes temas eclipsados por sus éxitos

Miguel Rafael Martos, más conocido como Raphael, estará este sábado en Madridejos, a las 22.30 en la nueva Plaza de Toros con la gira de su disco «Mi gran noche», un espectáculo que ya han visto más de 70.000 personas en países como México, Canadá y EE.UU.
—El disco recopila buenos temas, quizá a la sombra de grandes éxitos.
—Exacto. Todos los discos que he grabado eran siempre de doce temas y se elegían dos o tres para la promoción y los otros nueve quedaban fuera, y eran tan buenos como los otros. Así que me propuse volver a grabarlos, que no masterizarlos. Están quedando bárbaros con el sonido de hoy en día. Son canciones impresionantes que ya no se hacen.
—Ha apostado mucho por este proyecto.
— Sí, y aposté por hacerlo digitalmente, en Internet. Se compra físicamente solo en los lugares donde actúo y se venden más que antes porque la gente, en caliente, se los lleva como rosquillas.
—Supongo que también cantará grandes éxitos en su concierto de Madridejos.
— Van a tener toda la flor y nata. «Digan lo que digan», «Cierro mis ojos», «Desde aquel día» o «Estuve enamorado».
—Va a ser un espectáculo.
—El mismo que he llevado por todo el mundo. No hay nada que haya quitado porque para mí todos los escenarios me merecen el mismo respeto.
—¿Había estado antes en Madridejos?
—No, es la primera vez. En Toledo, sí. Tuvimos un cigarral hace unos veinte años. Era de la familia.
—¿Qué siente por la tierra castellano-manchega?
—No me fijo tanto en la tierra en sí, sino en la gente, y son gente buena, gente estupenda y lo digo yo que estoy rodeado de castellano-manchegos. Mi nuera y mis nietos lo son. ¿Qué voy a decir?
—¿Pasará por Toledo ciudad?
—Ahora, no. Ya estuve al principio de la gira, que actué en Manzanares.
—¿Cómo definiría su vida? Si echamos un vistazo a su biografía, desde que saliera de Linares con nada...
—Ha sido una vida de trabajo, dura, pero muy gratificante para mí porque mis sueños se van cumpliendo y, sobre todo, soy un ser afortunado porque he podido trabajar en lo que he querido, cuando he querido y con quienes he querido, y eso es un gran lujo. Hay mucha gente que trabaja en cosas que no le gustan. Yo considero que soy un privilegiado, y si encima me va bien y a la gente le gusta lo que hago, suerte por partida doble.
—Si no hubiera sido cantante, ¿qué hubiera sido?
—No me lo imagino. Desde luego, artista. Hubiera sido pintor, por ejemplo. No se me da mal.
—Su salud también le ha dado algún que otro susto. En esos momentos, ¿qué imágenes del pasado se le venían a la cabeza?
—No soy una persona que viva del pasado, sino del futuro. No soy nostálgico. Para mí lo importante es el mañana. Lo pasado, pasado está, y nada que lamentar. Hice lo que pude, unas cosas salieron muy bien, otras, regular. En general, creo que mi pasado lo he superado con una nota alta.
—Mirando al futuro, ¿qué viene después de «Mi gran noche»?
—Al terminar el 15 de septiembre en el teatro de la Zarzuela de Madrid, entro a grabar de nuevo. Seguiré rescatando temas.
—¿Cómo se explica que un joven siga a un cantante que gusta a sus padres y abuelos, como usted?
—Ese es el milagro, que soy de la familia entera. No sé cuál es el truco. Yo hago lo que sé hacer y el público elige.
—Ya no es un jovenzuelo, ¿cómo consigue dar todo lo que da en el escenario?
—Soy una persona fuerte y muy ilusionada con lo que hago. Eso te da alas. Cuando ves que la gente disfruta, te vienes arriba. «Mi gran noche», por ejemplo, es un espectáculo de unas tres horas.
—Hay mucha diferencia entre escuchar cualquier grabación y verle en el escenario. Es como si fuera actor además de cantante.
—Yo soy así. Vendo mis canciones de esa manera. Si no lo hiciera, no sería yo. Es mi seña de identidad.
—Es activo en redes sociales, ¿es usted quien lo actualiza?
—Sí, pero solo las utilizo lo que creo conveniente. Le dedico diez minutos por la mañana y por la tarde y eso es bastante, porque los internautas se hacen eco y lo amplían. Es importante y necesario para un artista estar en conexión con el público.
—Si yo le escribo, por ejemplo, en Facebook, ¿es usted quien lo lee?
—Tal vez no el mismo día, pero lo leo.
—¿Qué espera de su concierto en Madridejos?
—Una gran noche.
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