Ayuda para el pequeño Christian
A sus tres años, tras padecer una enfermedad rara, ha perdido toda la movilidad. Sus padres necesitan apoyo social e institucional para sacarle adelante
El pequeño Christian Guindel tan solo tiene tres años. Apenas siente y padece. No ríe, no llora, no habla, no anda, no come por voluntad. Nació perfectamente, pero a los ocho meses comenzó con crisis epilépticas. Los médicos no sabían cuál era su dolencia. Le ingresaron y tras dos meses en el hospital, «de un día para otro», dice su familia, perdió su movilidad. Ya solo mueve el brazo izquierdo. Tiene la mirada perdida. El cuerpo rígido. Ninguna expresividad. Tan solo tiene tres años.
Noticias relacionadas
Los especialistas pusieron etiqueta a la extraña enfermedad que padece: epilepsia criptogénica multifocal, que afecta al desarrollo psicomotor del individuo. Sus familiares apuntan a una negligencia médica como causante del estado de su hijo. «El desconocimiento de la enfermedad y la falta de profesionalidad médica hicieron que le mezclaran antiepilépticos que no se debían mezclar», manifiestan los progenitores, que no descartan emprender acciones judiciales. «Le dieron el alta con 60 crisis diarias sin controlar».
Cinco años de vida
A día de hoy sigue padeciendo crisis. Hasta cien diarias. La incapacidad de este niño es tal que fue necesario realizarle una traqueotomía y una gastrectomía para alimentarle. Las esperanzas de vida para el pequeño son inciertas. «Algunos médicos nos dan 5 años de vida, pero otros nos dan todas. Pero sin recursos y sin ayudas no podemos hacer que nuestro hijo salga adelante», dicen los padres.
Estos padres desesperados piden la colaboración de los ciudadanos, de los políticos y del CERMI Comunidad de Madrid para hacer frente a esta enfermedad desconocida en España.
Les urge silla, logopeda y fisioterapeuta
La familia de Christian necesitan ayuda económica. Ahora les urge un logopeda para que pueda tragar cuando le cierren la traqueotomía y un fisioterapeuta a diario.
La familia también utiliza las redes sociales para que los interesados se pongan en contacto con ellos. Su tío, Juan Carlos Guindel, es el encargado de gestionarlas a través de Twitter y Facebook. «Muchas veces nos preguntamos quién cuidará de nuestro hijo cuando no estemos», lamentan los progenitores. La realidad y el futuro del pequeño Christian son dramáticos. Tan solo tiene tres años.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete