El fiscal mantiene la petición máxima de pena para el «violador del estilete»

El Ministerio Público ha reconocido en sus conclusiones definitivas que «se ha empleado toda la severidad a la hora de aplicar el Código Penal», vistas las circunstancias personales de Vidal Anido, y el abogado que se ocupa de la defensa, Marco Candal, ha insistido en la necesidad de juzgar unos hechos concretos y no la «historia previa» de Vidal Anido . Vidal Anido fue condenado en el pasado a 70 años de prisión por dos agresiones muy violentas cometidas en Lugo en el año 1987.

En el escrito de acusación de los hechos que este jueves se han juzgado, el Ministerio Público ve probado que Vidal Anido, a las 14:15 horas del pasado 9 de abril, siguió a una mujer hasta el portal de su edificio y entró en él al mismo tiempo que ella, para después simular que subía hasta la cuarta planta mientras la mujer se quedaba en la tercera.

Cuando la mujer abrió la puerta de su domicilio, el acusado volvió sobre sus pasos, colocó su pie para evitar que pudiese cerrarla y la sujetó fuertemente, al tiempo que le colocaba un objeto en la sien para que no se moviese.

Según el fiscal, ella intentó gritar pero el acusado, que la mantenía inmovilizada, le tapó la boca. Fue el hijo de la mujer, que estaba en casa en ese momento, quien acudió en su ayuda, lo que hizo que el acusado presumiblemente se diese a la fuga.

En su declaración, Vidal Anido ha insistido en su presunta coartada, es decir, en que estaba viajando en autobús en el momento de los hechos, pero al advertirle el fiscal jefe de Lugo, José Begué, de la existencia de un informe pericial que revela que su billete no fue perforado por la máquina de la empresa, ha reaccionado de otro modo: «No tengo nada que decir».

La víctima, por su parte, lo ha reconocido como su agresor ante las preguntas del fiscal, y ha hecho un ruego: «Lo que les pido es que ustedes como jueces piensen en sus hijas».

Begué, a su llegada a la vista, ha destacado la «extrema peligrosidad del acusado» y ha señalado que se piden las penas máximas, porque las «circunstancias personales» de este hombre son «extremas», con lo cual «es acreedor de esa petición de máximos, sin perjuicio de que, luego, la sala haga lo que considere adecuado».