Anova se instala en una crisis permanente

Porque en estos escasos tres meses de convulsión interna, el partido de Xosé Manuel Beiras ha visto cómo se marchaba de la primera línea su número dos y otras seis personas, cómo el sector conocido como oficialista presentaba su dimisión en bloque tras el resultado del referéndum celebrado el pasado 23 de febrero —en el que la militancia eligió a IU como socio para las europeas —, y cómo los antiguos críticos liderados por Noriega tomaban de nuevo el timón del barco.

En medio, un Beiras que ha intentado apaciguar las aguas. Ninguno de sus intentos tuvo éxito. Al contrario. Su posición pública a favor de concurrir con la izquierda federal irritó al sector que apostó siempre por la configuración de un frente amplio y más nacionalista, un sector formado por viejos amigos del de Brión como Mario López Rico o Luis Eyré, Palleiro, dos de los 10 que abandonaron la dirección.

Pero ni siquiera la conformación de una nueva cúpula ha salvado la brecha interna, que cada día que pasa se abre un poco más. La última gota del vaso: la elección de candidatos para cubrir los dos nombres que le corresponden a Anova en la papeleta gallega. Uno de ellos ocupará el puesto «de salida» número cinco de la candidatura a nivel estatal, tal y como prometió IU a Beiras.

Al igual que con motivo del referéndum, el portavoz de Anova se postuló a favor de un nombre y admitió, antes incluso de que se aprobase el método de elección, que había promovido tantear a la exsindicalista Lidia Senra para ese «puesto de salida» . Una especie de «dedazo» que no gustó en el sector pronacionalista, que se removió presentando alternativas y criticando la falta de información que rodea al acuerdo con el partido de Cayo Lara.

Precisamente, este desconocimiento de los términos es lo que reprocha Consuelo Martínez, una de las tres diputadas que responde a las siglas de Anova dentro de AGE, en un escrito a la formación, en el que además anota que «Anova pierde su espacio propio» al pactar con IU.

Aunque en un principio fueron diez las personas que se postularon para ocupar alguno de esos dos puestos —entre ellas, Eyré—, finalmente serán siete las que hoy medirán sus fuerzas ante la militancia. Y es que ante la perspectiva de que la disputa por el puesto número cinco «sería más un motivo de divergencia que factor de cohesión para la mayoría nacionalista», tantoPalleiro como otros dos críticos optaron el viernes por retirarse de la carrera. No obstante, lanzaron un recado a navegantes al no pasar por alto los «intentos de censura a los escritos de los candidatos» y al arremeter contra los que desde el nacimiento de la organización «trabajaron para reducir el nacionalismo a una cuestión identitaria».

Mientras los críticos apuestan por la unidad de cara a la celebración de una asamblea «que deberá celebrarse antes del verano», ya hay quien se ha bajado definitivamente del barco. Varios militantes de Moaña han dado el primer paso y éste puede tener respuesta desde A Limia. Anova empieza a evaporarse apenas dos años después de formarse a raíz de una escisión del BNG.