parece mentira
Atrapado en el tiempo
Que Junqueras y Duran se arranquen los ojos a través de los medios y Duran reconozca que jamás ha mantenido un encuentro con Junqueras es una muestra de los problemas que los nacionalistas tienen
PARECE que «lo peor ya ha pasado», lo dijo en estas mismas páginas Mario Vargas Llosa el pasado domingo. Con todo mi respeto al gran premio Nobel, creo que peca de optimismo. Solo está sucediendo que su torpeza demora su propio calendario.
Toda pelea entre ellos, me refiero a los independentistas, todo patinazo nos da un respiro al resto. Su ombliguismo puede transmitir la falsa sensación de que esto va a menos, pero no es verdad. Ciertamente que Junqueras y Duran se arranquen los ojos a través de los medios y Duran reconozca que jamás ha mantenido un encuentro con Junqueras es una muestra de los problemas que los nacionalistas tienen. Que Artur Mas se pasee por medio mundo intentando transmitir una imagen civilizada y hablando idiomas para que luego Junquera se plante en Bruselas y llame a una huelga general para hundir la economía española es otra buena noticia. Mientras ellos se enredan en descalificaciones mutuas los demás podemos vivir un poco más tranquilos.
Sus exageraciones, torpezas y extralimitaciones -cada día los que salieron a la calle elpasado once de septiembre son unos miles más que el día anterior. Ese día la consejería de gobernación hablo de 400.000, Junqueras dijo en Bruselas que fueron 2 millones- permiten que cada día surja una nueva voz que se suma a la minoría silenciosa, que va camino de no ser minoría ni silenciosa. Todo gracias a la pelea entre independentistas.
Tusquets, miembro del Consejo para la reactivación económica creado por Mas, dijo hace unos días que antes el Alcorcón ganaría la Champions que Catalunya sería independiente, luego Montserrat Caballe, que en 1995 fue en la lista electoral de Miquel Roca, dijo que las cadenas llevan a esclavitud y para rematar la jugada el campeón del Mundo de moto GP Marc Márquez, va y dice que paseo la bandera española «porque le daba la gana», cosa que mereció el insulto de un diputado de ERC que le llamo botifler a él y a Pedrosa.
Los independentistas se pelean entre ellos y hace el ridículo nacional e internacional con sus salidas de tono, una parte de la sociedad catalana empieza a pensar que quizás todo esto ha ido demasiado lejos y el PSC y UDC dejan colgados a sus compañeros de aventura. Quizás la inacción de Rajoy, en todo caso injustificable, haya tenido como efecto no previsto por él, ni deseado por los independentistas que una parte de la sociedad empiece a ser consciente de que estamos como en la película «Atrapado en el tiempo» donde un joven no dejará de vivir en el día de la Marmota en Pansatonic City y el calendario no avanzará hasta que sea feliz en esa población.
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