¿Qué es moderación?

EXISTE algo de injusto en presentar como moderación el punto intermedio entre los que defienden el actual marco legal y los que aspiran a romperlo. Por regla general la moderación estaría del bando de los que creen que las leyes hay que respetarlas y los otros serían los revolucionarios.

De partida, pues, podría parecer que la editorial de La Vanguardia del pasado domingo y su petición de diálogo y el poner casi en el mismo saco al gobierno catalán y al gobierno español en sus posturas numantinas es una derrota para el Gobierno de España. Yo creo que no.

La Vía Catalana pareció impulsar a la velocidad de la luz el proceso hacia la separación, tras esa megaperfomance, de la que hace solo 48 días, todo el decorado se ha movido … bien casi todo. Ha aparecido la Tercera Vía, Duran se ha convertido en estrella de empresarios y parte de la sociedad hasta el punto de que por primera vez en 30 años Unió parece tener espacio propio, los no nacionalistas empiezan a salir del armario y juntan miles de personas en la Plaza Catalunya, una parte de intelectuales, economista y empresarios, algunos nada sospechosos advierten del drama que se avecina: Granell, Bonet, Lara, Nin, Muns, no son lo que se podría llamar fachas ni botiflers. C’s se ha disparado en las encuestas hasta ponerse al nivel o por delante de PSC y PP. Los que hasta no hace mucho avalaban la consulta con pocos peros, como el PSC, la entierran y La Vanguardia, esa biopsia social catalana hecha papel pide abandonar quimeras e invita al diálogo. La Vía Catalana, vista como Vía directa a la independencia, está aparcada y cae en cotización social. Rajoy siempre fue hombre de dejar madurar la jugada, algunos dirían pudrir, ¿es como Fisher sacando a Spassky de sus casillas en la final del mundial de ajedrez de 1972 o es lo que en catalán decimos un cagadubtes?

Todos, los auténticos moderados, o sea, los que estamos con la Ley, los de la Tercera Vía y los radical-revolucionarios estamos a la espera de saber que propone Rajoy. Muchos de los que nos sentimos catalanes y españoles sin problema identitario alguno nos incomoda la actitud del Gobierno pero sobre todo nos extraña su inacción. Hasta ahora las voces contra la independencia y advirtiendo de lo que sucede y sucedería aquí si todo esto se consuma van por libre. Sr. Presidente del Gobierno: El reloj corre, el tiempo se acaba, millones de catalanes estamos a la espera de saber que está Vd. de nuestra parte. ¿Por qué lo está verdad?