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tribuna abierta

Un inmovilismo inadmisible

No es por medio de leyes Wert, ni de la asfixia económica de la Generalitat como se arregla el conflicto

marta llorens

SIN ánimo de de entrar en debates estériles que sólo sirven para alimentar la crispación, hoy existe un hecho irrefutable en Catalunya y es que la inmensa mayoría de la sociedad catalana quiere cambios profundos en su relación con el Estado. Un hecho que el PP se niega a admitir y que lo ha llevado a enrocarse en un inmovilismo inadmisible que lo único que genera es más polarización entre las posiciones maximalistas.

El presidente del Gobierno español debe entender que el inmovilismo no es la solución sino el problema porque acrecienta la radicalidad y la frustración de la voluntad de un pueblo que ha expresado clarísimamente en las urnas y en su Parlamento que quiere decidir su futuro.

Desde Unió Democràtica defendemos y defenderemos a ultranza el derecho a decidir que tienen los catalanes y por ello revindicamos la celebración de una consulta que permita a todos los ciudadanos de Catalunya definir su futuro.

No es por medio de leyes Wert, ni de la asfixia económica de la Generalitat, ni con incumplimientos de l’Estatut por parte del gobierno del PP como se arregla el conflicto. Conviene reforzar los puentes existentes en lugar de querer dinamitarlos constantemente.

El sentido común aconseja evitar que aumente el clima de crispación de la política catalana al que ni el PP ni Ciutadans son, en absoluto, ajenos. Lo hemos vivido en el último pleno del Parlament. La actitud tanto del PP y de Ciutadans fue sencillamente inaceptable.

No es añadiendo más leña al fuego como se controlan los incendios. Es necesario recobrar la serenidad y dialogar sin perder el respeto al contrario y sin abusar de proclamas incendiarias que aumentan la crispación. Si realmente se quiere apagar el fuego, no se combate con gasolina. Y tampoco cerrando las puertas al diálogo con mensajes indirectos filtrados intencionadamente del presidente del gobierno indicando que no quiere cambiar cromos. No se trata de «cromos» sino de facilitar la democracia y de permitir una consulta.

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