MERCADANTE RESCATADO
ÓPERA
«Pelagio»
Autor: Saverio Mercadante. Intérpretes: C. Álvarez, T. Anisimova, A. Roy, J. Borrás, E. Iori, L. Cuento. Orquesta Sinfónica del Principado. Coral Polifónica Gijonesa. Dirección Musical: M. Rivas. Lugar: Teatro Jovellanos. Gijón. 9 de septiembre.
COSME MARINA
No es algo habitual en los escenarios españoles la apuesta por rescatar títulos que permanecen olvidados del repertorio lírico. El teatro Jovellanos de Gijón ha buscado cerrar su intensa temporada estival con la recuperación de una obra que lleva más de siglo y medio sin subir a escena: «Pelagio», de Saverio Mercadante. La opción estaba más que justificada por el delirante argumento romántico en el que la ciudad asturiana es referencia permanente. Y una vez rescatado todo el material, del que hubo que hacer un exhaustivo trabajo musicológico previo que Mariano Rivas desarrolló con minuciosidad y aciertos absolutos, los resultados permitieron poner en valor una obra relevante del belcanto romántico, una partitura con ribetes donizettianos y resonancias del primer Verdi pero que, antes que nada, es genuina, puro Mercadante, un autor que, sin duda, ha de ganar enteros a poco que se profundice en su amplio catálogo.
Volcados en el proyecto
El propio Mariano Rivas, fue también el responsable musical de la velada al frente de una de las formaciones autonómicas españolas más solventes: la Sinfónica de Asturias, que se volcó en el proyecto con niveles de calidad más que altos. También en el aspecto vocal el elenco, algo tampoco demasiado frecuente, se comprometió a trabajar de forma exhaustiva este título. Carlos Álvarez reinó como Pelagio con sus altos niveles de calidad habituales, mientras que la sorpresa la proporcionó la ucraniana Tatiana Anasimova, incorporada a última hora en sustitución de Montserrat Caballé. La soprano se entregó a fondo y suplió una cierta falta de refinamiento con una vocalidad torrencial proporcionando emotividad al rol. Arrolló el tenor gijonés Alejandro Roy, sin duda una de las voces españolas más en alza de su cuerda, en progresión constante, cumpliendo correctamente, sin más, Judith Borrás, el resto del reparto y el coro. El argumento arquetípicio romántico y hoy políticamente incorrecto -la bélica cristiana-árabe impregna la trama y cierra la obra con el coro y solistas cantando con frenesí «venganza eterna contra el árabe»- queda absolutamente redimido por una música hermosa, de brío y garra, en la que el disfrute belcantista se puede realizar con intensidad y fuego.
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