Haakon y Mette-Marit de Noruega esperan su primer hijo
ESTOCOLMO. Mette-Marit está embarazada y parece que esta vez la cosa va en serio. Esta noticia de campanillas, que ha provocado una explosión de entusiasmo e indescriptible júbilo en el corazón de los noruegos, fue lanzada a los cuatro vientos a mediodía de ayer por los medios de comunicación escandinavos. Día de fiesta y alegría, un eufórico «kronprins» Haakon, padre de la criatura, aprovechó su salida del salón donde acababa de presidir el Consejo del Reino para dar la noticia. El hijo del Rey Harald, que se declaró muy, muy feliz, explicó toda clase de detalles sobre el futuro heredero. Entre otras cosas, que su esposa está embarazada de tres meses, y que el Príncipe, o Princesa, pesaba el jueves 30 gramos y medía 9 centímetros. Con la misma exactitud nórdica, las televisiones informaron sobre la fecha y lugar del alumbramiento que tendrá lugar, Dios mediante, el 22 de enero en el Rikshospitalet de Oslo. Gracias al estado de buena esperanza de la Princesa, las aguas vuelven a su cauce, la Corona cotiza estable y los ciudadanos de ese amable pueblo, que siempre tuvieron vocación monárquica, vuelven a colocar los retratos de la pareja en los escaparates y sitios de honor de sus salones.
Lo más curioso es que hace dos días, durante el bautizo de la hija de Marta Luisa y Ari Behn, se comentó la cara de circunstancias de la irrepetible Mette-Marit, algo que se achacó a que el matrimonio, a pesar de haber estado casados durante dos años, seguía sin descendencia. Como es sabido, Marius, hijo natural de Mette-Marit, nunca podrá ser Rey. Por otro lado, ha sido un secreto muy bien guardado. La Reina Sonia, que ayer cumplió 66 años, confió «off the record» hace una semana a sus informadores favoritos que estaba deseando la vuelta a casa de los Herederos para «poder descansar», ya que el peso de las obligaciones constitucionales, que han recaído sobre ella durante el año en que aquellos se encontraban en la capital británica y Marta Luisa vivía su embarazo, la habían agotado. La Reina expresó su satisfacción por haber llegado la hora de tomarse un respiro. Sin embargo, ese respiro ha sido muy corto. La Casa del Rey ha informado que, dadas las circunstancias, el calendario de actos programado para Mette-Marit durante los años 2003 y 2004, será enmendado.
El Príncipe fue el primero en comunicar la noticia al Consejo de Ministros, mientras que la Casa Real de Oslo emitió un comunicado de prensa: «La madre se encuentra en muy buen estado, por lo que es de esperar que la gestación transcurra con normalidad». Los monárquicos esperan que el embarazo de Mette-Marit mejore la imagen de la Casa Real, dañada por el agitado pasado de la que un día futuro se convertirá en Reina, por su malhumor y su indisciplina en el cumplimiento del protocolo. El príncipe Haakon y Mette-Marit debieron poner agua de por medio y siguiendo los consejos de la Casa Real se marcharon dos años a Londres, donde han residido como estudiantes.
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