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salma hayek, interesada en comprar

¿Y si «La Almoraima» estuviera mejor en manos privadas?

Los ecologistas se oponen a la venta de la finca cuando algunos parques fueron antes fincas bien gestionadas

¿Y si «La Almoraima» estuviera mejor en manos privadas? EFE

Mª LUISA GARCÍA-MORO

El pasado martes, un helicóptero removía los cielos de « La Almoraima» , la finca gaditana que el Estado pretende privatizar a cambio de 300 millones de euros. Ese día, nadie en Castellar de La Frontera, la población más cercana a la finca podía imaginar que los ocupantes del aparato que sobrevolaba la zona eran la actriz mexicana Salma Hayeck (47 años) y su marido, el multimillonario Francois-Henri Pinault (51). La pareja se mostró interesada en la adquisición de la finca, que en la actualidad suma una superficie total de 14.113 hectareas, de las que el 90,4% están inmersas en el Parque Natural Los Alcornocales . El primer propietario de «La Almoraima» que consta en los legajos de la época es Juan de Saavedra. Posteriormente se harían con la propiedad los duques de Santiesteban y, hasta finales de 1973, fue propiedad del duque de Medinaceli. En esa fecha, el polémico empresario Jose María Ruiz-Mateos compra la finca para convertirla en lugar de recreo de su familia. A consecuencia del estallido del Caso Rumasa, en 1983 la finca le es expropiada a Ruiz-Mateos y pasa a convertirse en propiedad estatal. La empresa Almoraima S.L, actual gestora de la finca, cerró el ejercicio pasado con una cifra cercana a los 1,2 millones de euros escrita en números rojos. Para poner fin a ese declive en sus cuentas redactó un Plan Especial de Reordenación de Uso, en el que consta un hotel de cinco estrellas, dos campos de golf, uno de polo y un aeródromo, con la intención de vender la propiedad una vez fuera aprobado. Pero la Junta de Andalucía se ha opuesto a dichos planes, amenazando con ampliar los límites del Parque Natural Los Alcornocales para que abarque la totalidad de «La Almoraima» y, así, limitar los posibles usos del lugar. Los ingresos que ahora genera la finca se deben fundamentalmente a la explotación del corcho y a la gestión de un pequeño hotel.

Coto de Doñana

Hasta que ha saltado el caso de «La Almoraima», lo normal en España era justo lo contrario. Y es que algunas de las más célebres fincas privadas se han convertido en espacios públicos protegidos. Tal es el caso del Parque Nacional Doñana , estrechamente vinculada a Alfonso Pérez de Guzman XVII Duque de Medina Sidonia. El Coto de Doñana deja de ser propiedad privada en 1963. Seis años más tarde, el proyecto germina en el Parque Nacional de Doñana, del que en febrero de 2004 se amplían los límites pasando a sumar un total de 54.252 has.

La historia de Cabañeros es diferente. En 1885, por la Desamortización de Madoz, se privatiza pasando el entorno a ser propiedad de pudientes familias, que, respetando la tradición, dedican sus fincas a la agricultura, la caza y la ganadería.

Famosos dueños

Parte de las 24.000 has. de una de esas fincas, Cabañeros, propiedad de la familia Aznar (nada que ver con el ex presidente), es comprada en 1983 por el Ministerio de Defensa, concretamente 17.400 has. La Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha toma la decisión, en 1988, de declarar la zona Parque Natural. Más tarde, en 1995 las Cortes elevaron la protección de 40.856 has. bautizándolas como Parque Nacional de Cabañeros.

Se da la peculiaridad de que dentro de Cabañeros existen 15 fincas privadas. La familia Aznar continúa siendo propietaria de Cabañeros, que cuenta con una superficie aproximada de unas 30.000 has. También está dentro del Parque Nacional un 50% de la finca «Las Cuevas», propiedad de Alberto Cortina, y una pequeña parte de «El Avellanar», perteneciente a Alberto Alcocer. Ildefonso Sánchez Conde, representante de propietarios privados del Parque Nacional Cabañeros, denuncia que «la gestión pública es un desastre». Y cuenta que una de las múltiples medidas desacertadas que se tomaron fue la prohibición de la caza, la cual derivó en un importante exceso de población que destruyó prácticamente en su totalidad la vegetación. La Administración tuvo que rectificar y, bajo el denominado «control poblacional», se permite la caza en las zonas privadas del Parque, mientras que en las zonas públicas se capturan animales para su venta. Yago Baselga, Ingeniero de Montes, coincide con esta apreciación «muchos de esos Parques han sido tradicionalmente cotos de caza o espacios gestionados con una actividad cinegética importante, por supuesto correctamente regulada. Si de repente se prohíbe, nos enfrentamos a problemas como la superpoblación de especies cinegéticas». Los propietarios privados de Cabañeros se quejan de que en el actual Proyecto de Ley de Parques Nacionales se les da plazo hasta 2017 para suprimir de sus fincas los cotos de caza, sin que nunca se les haya ofrecido una indemnización justa para que puedan vender sus propiedades y marcharse del terreno protegido.

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