Cuentakilómetros «a cero» en UPyD

Herzog puede volver a ilusionar al electorado y sacar adelante el partido magenta o puede deshacérsele entre las manos, sobre todo si a Cantó le sigue quien se llevó el 40% de los votos en el congreso extraordinario de este fin de semana, Irene Lozano, que el domingo se marchó del Círculo de Bellas Artes con gesto de ponerse a meditar su futuro. «Hemos tendido la mano a todos, y quisimos escenificar esa unión con una foto conjunta el pasado sábado», repitió ayer el nuevo portavoz, con mención expresa a que su intención es «contar absolutamente» con la que ha sido su principal adversaria.

Pero a la espera de acontecimientos, la segunda fuga sonada también se ha producido ya: David Andina , quien fuera miembro de la Dirección de Rosa Díez y dimitió cuando ella no quiso hacerse responsable de la debacle en los comicios andaluces, anunciaba ayer su baja de UPyD. Con tanta turbulencia, la formación ha perdido unos 3.000 militantes en los últimos meses y si ahora se produce una cascada de huidas, la supervivencia estará en entredicho. Quienes respaldaron la candidatura de Lozano «Renovadores UPyD» y cerraron el cónclave a la voz de «el lunes todos magentas» no están cumpliendo.

En su estreno, Andrés Herzog compareció el lunes en la sede de UpyD cercana al Congreso rodeado ante los micrófonos de su nuevo equipo, compuesto por caras no muy conocidas y solo dos mujeres. Una de ellas, y además la única que hasta ahora ha tenido proyección propia, Maite Pagazaurtundua, eurodiputada, y que a punto estuvo ayer de robarle el protagonismo al recién elegido líder magenta apostillando cada una de sus reflexiones. Como la mismísima Rosa Díez hubiera estado en el estrado.