La Audiencia lleva a juicio a un menor por mofarse de Irene Villa en Twitter

Para los magistrados Concepción Espejel y Ángel Hurtado , los mensajes que publicó «de manera prolongada en el tiempo» «revisten un claro tenor vejatorio, de mofa y ofensa grave a varias víctimas del terrorismo; habiendo publicado, de otro lado, otros de enaltecimiento de conductas de varios miembros de ETA condenados por delitos graves de terrorismo».

No es de la misma opinión el magistrado José Ricardo de Prada , que ha emitido un voto particular discrepante con la opinión de sus dos compañeros del tribunal, en el que defiende que esos comentarios son chistes de humor negro y están amparados por la libertad de expresión.

Los dos magistrados que suscriben la decisión mayoritaria sostienen que existen «indicios suficientes de que dos de las referidas redes sociales fueron utilizadas por el recurrente para difundir públicamente mensajes de contenido penalmente inaceptable de alabanza y justificación de actos terroristas y de miembros de ETA y para menospreciar a concretas víctimas del terrorismo».

Destacan la dimensión ampliatoria de las redes sociales en este tipo de mensajes y señalan que no es necesario que medie denuncia del perjudicado para que se abra una causa, siempre que la Fiscalía persiga los hechos .

Las redes sociales, indican, «permiten divulgar en pocos segundos mensajes a usuarios de cualquier parte del mundo, con lo que se obtiene una publicidad impensable hace unos años, por lo que, frente a la difusión de mensajes inaceptables penalmente, la política de prevención del crimen debe ir por delante del uso delictivo de las tecnologías».

Por contra, según De Prada, «es necesario distinguir, porque habitan en distinto espectro de frecuencias, entre lo penalmente típico y las conductas moralmente reprobables, inaceptables en el plano ético moral, que trivializan, se mofan del dolor ajeno o hace chistes con él, una de cuyas manifestaciones es el clásico 'humor negro'».

A su juicio, ese tipo de humor no trata de humillar a las víctimas y considera que una «sociedad madura debe saber lidiar y tratar adecuadamente con este tipo de realidades» que deben ser «respetadas en su heterodoxia aunque no sean en absoluto compartidas, porque forman parte de su riqueza».

Recuerda además que la propia Irene Villa , «perfectamente conocedora de los estúpidos y crueles chistes divulgados sobre ella» recientemente ha manifestado públicamente no sentirse ofendida por esos chistes.

Irene Villa se manifestó en estos términos en una carta que envió al juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz , quien archivó una querella contra el concejal Guillermo Zapata interpuesta por Dignidad y Justicia por unos tuits del edil, archivo que la Fiscalía tiene previsto recurrir esta semana.

«Lamentablemente, junto con el reconocimiento general de la sociedad por ese extraordinario gesto cívico, le ha valido que fuera grave y públicamente injuriada por sectores que más que la defensa de la integridad moral de las víctimas parecen estar mucho mas interesados en la instrumentalización política de la justicia, lo que constituye uno de los claros peligros de estos tipos delictivos fronterizos con los derechos civiles de los ciudadanos», observa De Prada.