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Conversaciones con causa

Caamaño: «El PSOE estará atento a quien tiene más posibilidades de gobernar»

El hoy diputado del palamento gallego y exministro de Justicia defiende la honradez de Chaves y Griñán

Caamaño: «El PSOE estará atento a quien tiene más posibilidades de gobernar» Óscar del Pozo

Marisa Gallero

En los largos pasillos del Parlamento gallego es difícil cruzarse con alguien. Son un oasis de silencio en los que se mueve como diputado de a pie Francisco Caamaño. Volvió a su tierra por una cuestión personal, después de ejercer de ministro de Justicia de José Luis Rodríguez Zapatero, donde heredó la primera huelga de jueces y presentó un proyecto de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que se quedó en un cajón al adelantarse las elecciones.

Llano, con un fuerte acento, directo, no ejerce de gallego, ni de político -como dicen sus amigos, «Fran no buscaba la política, la política le encontró a él»-. Tras un duro debate interno en el PSdeG, se apartó de las intrigas y luchas del poder que le recordaban a «Yo, Claudio». «Es muy importante decir con naturalidad lo que piensas, aunque tenga sus costes».

-¿Se sitúa Susana Díaz con su jugada con posibilidades de ser candidata a las generales?

-Jugada arriesgada porque se podría haber dado un batacazo como muchos creían. Susana ha demostrado tener una visión certera de la política tomando la decisión de adelantar las elecciones en momentos difíciles para el Partido Socialista. Hay un liderazgo político que se identifica con ella en Andalucía, que cuenta con la estabilidad suficiente para gobernar. No sé lo que piensa hacer. Creo que primero va a intentar asentarse en el Gobierno andaluz. Si el deterioro del PP se sigue notando, y hay una posibilidad de gobernar, el PSOE estará atento a quien tiene más posibilidades. Pero hasta ese momento queda mucho camino.

-El caso ERE no ha afectado al PSOE en estas elecciones…

-A pesar de la confusión, del enredo informativo, los ciudadanos saben diferenciar el grano de la paja. En el entorno de una Administración socialista andaluza se han producido unos episodios gravísimos, aunque la gente entiende que Manuel Chaves y Pepe Griñán no se han llevado dinero. Los dos presidentes de la Junta de Andalucía tomaron decisiones en una mesa del Consejo de Gobierno que nadie ha impugnado en un Tribunal de Justicia y fueron mal ejecutadas por otros. No es igual que el Partido Popular, que se ha nutrido de fondos irregulares y ha pedido a todos los españoles que se abrochen el cinturón.

-Fue designado como una de las personas idóneas para negociar el Estatuto catalán, al que el Tribunal Constitucional tachó en rojo 14 artículos.

-¡Pero son palabras sueltas! Artículos sólo declara u no de más de 200. Dentro de las filas del Partido Socialista saltó cierto miedo a lo que pasaba en Cataluña. Recuerdo declaraciones de muchos barones del PSOE diciendo: «Zapatero nos mata». Cuando sale de tus propias filas es muy difícil aguantarlo. El Estatuto de Cataluña lo aprobaron las Cortes Generales por mayoría absoluta. Los catalanes cumplieron su parte votándolo en referéndum y nosotros les engañamos, porque el PP lo llevó al Constitucional y se produjo otra tanda de recortes. He encontrado artículos publicados en prensa que afirmaban que el Estatuto de Autonomía lo estaba haciendo ETA. Se creó un clima artificial para derribar un Gobierno, para eliminar a Zapatero, una parte de la derecha no encajaba bien la derrota de la sucesión de Aznar.

-¿Se esperaba que le llamara Zapatero para ser ministro de Justicia?

-Iba en el coche al muelle a coger el barco a un pueblecito, Corcubión, en pantalón corto y chanclas. Me comunicó primero que iba a dimitir Bermejo. Creí que me llamaba para ver cómo lo gestionaríamos desde la secretaría de Estado. Tenía mucha confianza con él, pero yo no era una persona de Ferraz, ni de su núcleo de decisión. Me quedé sorprendido y preocupado porque sabía que iba a un incendio, a un ministerio muy conflictivo, difícil de gestionar con una inminente huelga de jueces.

-¿Fue Federico Trillo quién le dio un ultimátum al presidente para la destitución del ministro de Justicia?

-No me consta. Lo tendrá que contar Mariano Fernández Bermejo. Respeto su silencio, que le honra. Uno intuye que hay más cosas. Era un momento complicado, con la renovación del Consejo General del Poder Judicial y la lucha antiterrorista con ETA. Había muchos equilibrios en juego que se me escapan. Por un lado, Antonio Alonso, que había sido el portavoz de Jueces para la Democracia; por otro, Rubalcaba en el Ministerio del Interior. Es un círculo complicado de decisiones. ¡Y todo porque Bermejo tenía una licencia de caza caducada!

-Del caso Gürtel de momento el único condenado es el juez Garzón...

-Con una sentencia curiosa, que respeto y acato, pero de difícil lectura para un jurista. No se pueden interferir las comunicaciones entre cliente y abogado. Sin embargo, la propia Sala Segunda lo ha tolerado y consentido en diversos supuestos. También es curioso que las fiscales, como no dictaron ninguna resolución, no pudiesen ser juzgadas. Tampoco es casual que hubiera tres frentes abiertos contra la misma persona coincidiendo en el tiempo.

-En 2011 tildó la cadena perpetua revisable de retrógrada, ¿qué pensó cuando vio a Pedro Sánchez y Mariano Rajoy firmando el acuerdo?

-Sigue siendo una medida retrógrada, y pienso que mi secretario general, cuya decisión respeto, no estuvo acertado al aceptar ese pacto. Siendo consciente de que hay que tomar medidas para luchar contra el yihadismo, creo que es una pena degradante e inhumana.

-¿Estamos ahora ante una justicia «justiciera» para saciar a la opinión pública?

-Hay sobreactuación judicial. Díaz Ferrán puede estar hasta cuatro años en prisión preventiva esperando el juicio oral. Pero también puede ocurrir que le dejes salir con una fianza y se vaya a Baqueira Beret... O Bárcenas le ha tomado el pelo al juez, o fue un abuso cuando lo tuvo en prisión. Buscar equilibrios nunca será fácil, aunque la ley que tenemos no lo facilita. Debemos de dejarnos de hacer un lavadito de cara, de cambiar la palabra imputado por investigado. Como en todas las democracias, la instrucción la tiene que llevar el Ministerio Fiscal y los jueces se tienen que dedicar a juzgar. Es terrible la situación de indefensión que sufrimos.

-¿Cree que ha habido una intención política en no prorrogar la comisión de servicios del juez Ruz hasta junio?

-Realmente no la hay, ya hubo una prórroga forzosa muy en el límite para que él pudiera seguir. Era ministro cuando el juez Ruz llegó a la Audiencia Nacional, le tildaban de muy conservador, y ahora es el adalid de la izquierda. Pablo Ruz es un juez que ha hecho su trabajo con rigor y profesionalidad. Además, ¿por qué se preocupan tanto? Los instructores no juzgan, lo harán otros jueces. Hay una obsesión con adscribir a los jueces a un bando u otro. Deje que sea juez, y ya si es bueno, ¡fantástico!

-Curiosamente quien se hará cargo del juzgado de instrucción número 5 fue su director general en el Ministerio, José de la Mata. El PP le pide profesionalidad...

-Es un trabajador incansable, con criterio propio, con una altísima preparación, es juez y fiscal de carrera. Estaba en la dirección general de la modernización de la Justicia, e hizo un papel muy relevante de dinamizador de los procesos de digitalización, incluida la Audiencia Nacional. No por que una persona pase por un ministerio, automáticamente está contaminada por la política. La mejor prueba es que el actual presidente del Supremo fue director general con el PP, y no se me ocurre decir que Carlos Lesmes no es un magnífico jurista. Me parecería muy injusto dudar de su profesionalidad.

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