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restablecido el tráfico en alpera

«Pese a las balsas de agua, no hubo riesgo de descarrilamiento en el AVE a Alicante»

Los 220 viajeros que partieron ayer de la capital llegaron con retraso de dos horas a su destino, pero en Renfe matizan que el maquinista adoptó las indicaciones necesarias: detener el tren por la adversa climatología y «transbordar» a los pasajeros

«Pese a las balsas de agua, no hubo riesgo de descarrilamiento en el AVE a Alicante» efe

e. m. / l . m. o.

Dos horas de retraso sufrieron ayer, miércoles 2 de julio por la tarde, los viajeros de un tren AVE que une la capital , Madrid, con Alicante. A la altura de Alpera, en Albacete, la tromba de agua era de tal magnitud que el maquinista, que ya viajaba con el convoy «a lentísima velocidad», hubo de activar lo que en el argot ferroviario se llama «marcha a la vista», que supone adoptar alguna indicación adicional para que no haya riesgos innecesarios en la marcha del tren.

Pese a las primeras informaciones, fuentes de Renfe objetan a ABC.es que «en ningún momento hubo peligro de descarrilamiento», si bien es cierto que la locomotora, una vez parado, se escoró hacia el lado izquierdo, como se puede comprobar en la imagen que acompaña esta información. «Lo que se conoce como descarrilar, que es salirse el tren de los ejes de la vía, no se produjo», en esta línea ferroviaria.

Las balsas de agua acumuladas en la vía eran de tal magnitud que el tráfico ferroviario quedó suspendido durante parte de la noche, pero a estas horas de jueves circula con normalidad. Las tormentas mantienen a catorce provincias españolas, entre las que se encuentran las castellano-manchegas, en alerta.

Un trayecto «inseguro»

El percance de ayer se produjo cuando un tren que circulaba por la vía del AVE Madrid-Alicante tuvo que detenerse por la gran acumulación de agua que convertía el trayecto en «inseguro». La sombra de un accidente de tren , hace ahora casi un año, el de Santiago de Compostela el 24 de julio de 2013 , no tardó en aparecer, si bien en este caso los 220 pasajeros fueron «transbordados» a otro medio de locomoción y llegaron a su destino, la ciudad herculina, con demora y sin peligro ninguno, indican a este periódico las mismas fuentes .

Los demás trenes de alta velocidad se desviaron hacia otras vías de ancho convencional. Y hoy el tráfico está restablecido y se mantiene la circulación tranquila, aunque con la mirada puesta en la adversa climatología de este 3 de julio.

«Pese a las balsas de agua, no hubo riesgo de descarrilamiento en el AVE a Alicante»

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