El futuro de los catalanes también se juega en Europa
En asuntos como el catalán es determinante que quien esté al frente de la Comisión mantenga la interpretación que se ha hecho hasta ahora de los textos legales
ENRIQUE SERBETO
El resultado de las elecciones europeas tendrá una influencia determinante en la política europea de Mariano Rajoy . Las encuestas predicen que a escala comunitaria los populares tienen una pequeña ventaja respecto a los socialistas, pero no es tan significada como en anteriores elecciones. Lo ... que sí está claro esta vez es que la delegación española será la más importante dentro del grupo popular europeo, después de la alemana, lo que le conferirá al PP español una situación de gran importancia en las votaciones y en la dirección de la política europea. Los diputados populares españoles tendrán un peso muy importante, más que los socialistas, a los que las encuestas no predicen que vuelvan a tener el peso que tuvieron en las pasadas legislaturas.
Liberales
Sin embargo, en asuntos como el desafío catalán existen factores aún no definidos en los que los resultados de las elecciones y los pactos futuros pueden tener una gran importancia. Uno de ellos es el papel que va a jugar el grupo liberal en la Eurocámara (el tercero después de populares y socialistas), que lleva años tratando de tener influencia en España, pero hasta ahora los únicos partidos españoles que ha podido sumar han sido Convergencia y el PNV. Según el resultado de UPyD en las europeas, los liberales podrían intentar atraerse a los diputados de Rosa Díez a su grupo parlamentario, lo que provocaría un conflicto inevitable con los nacionalistas. En caso contrario, el grupo liberal seguiría a expensas de la influencia de Convergencia y PNV.
Con unos y otros, con socialistas y liberales, y con la siempre dominante Alemania, que tiene a una gran coalición en el Gobierno, Rajoy tendrá que buscar los equilibrios en el reparto de los puestos en la Comisión y el Parlamento, en busca de definir un espacio para controlar los intereses estratégicos.
Inequívocos
En Bruselas se da por hecho que los independentistas catalanes volverán a intentar implicar a las instituciones europeas en sus planes, lo que hasta ahora no han conseguido. Por eso es determinante que quien esté al frente de la Comisión Europea mantenga la interpretación que se ha hecho hasta ahora de los textos legales en todos los sentidos. En realidad, los tratados son inequívocos en lo que respecta a que en un territorio que deje de formar parte de un estado miembro, incluso si fuera de forma pactada, dejan de tener efecto los tratados. Sin embargo, desde los movimientos secesionistas se tiene la esperanza en que una negociación haría posible soslayar este principio.
El mayor cimiento para las posiciones de la defensa de la unidad de España ha sido lograr que hasta ahora ningún gobierno europeo haya consentido ni un guiño de simpatía hacia lo que significan las aventuras secesionistas catalanas.
La estrategia de Artur Mas de internacionalizar sus pretensiones ha sido hasta ahora un fracaso absoluto. Hace una semana, en la propia Bruselas, se escenificó una mínima parte de lo que podría suceder en el seno de la Unión Europea si se desencadenase un proceso de secesión tras el contagio de la secesión unilateral de una región: los independentistas catalanes se apoyaron en los racistas xenófobos del Vlaams Belang flamenco para organizar una manifestación y rápidamente se convirtió en un festival de nacionalismos egoístas, con banderas de Tirol del Sur, Lombardía, Véneto, Córcega, Normandía, por supuesto Escocia, etc.
Desafío
La implosión de la UE en un modelo de asamblea de regiones henchidas de sus particularismos, surgidas precisamente de la insolidaridad con sus vecinos, representa un desafío para la supervivencia de Europa. Muchos de estos nacionalistas, los flamencos belgas, por ejemplo, afirman que lo natural es que desaparezcan los estados y que el poder se reparta entre Europa y las regiones. Pero esa Europa federal con poder indiscutible no existe todavía, no está claro que pueda existir y la perspectiva de los nacionalistas regionales es prácticamente la vuelta a la Edad Media.
España se ha sentido reconocida por su posición contraria a la independencia de Kosovo, porque ya advirtió que tendría consecuencias indeseables (Rusia lo ha usado como precedente para anexionarse Crimea) y la idea de que no puede haber ni referéndum ni proclamaciones unilaterales de independencia ha sido defendida con acierto por el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo.
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