Cañete: «Soy un abuelo profesional, experto en Pocoyó, y juego con mis nietos a la plastilina»
El candidato del PP a las europeas espera adelgazar en la campaña electoral porque «es muy intensa y se come poco»
paloma cervilla
Desde que tiene nietos (las mellizas Matilde y Micaela, de dos años, y Germán, de tres, que bautizó ayer), Miguel Arias Cañete se ha convertido en un «abuelo profesional, de los mejores del mundo». A ellos dedica gran parte de sus ratos de ocio y ... se distrae «jugando a la plastilina y comprando pegatinas». El ministro reconoce que «me gustan mucho los niños» y los entretiene «poniéndoles dibujitos en el iPad. Soy un genio del Pocoyó». En alguna ocasión, durante uno de sus viajes como ministro, no ha dudado en escaparse unos minutos para comprar libros infantiles de Peppa Pig y llevárselos a sus nietos de regalo.
En esos ratos de ocio que le deja la política, al ministro de Agricultura también le gusta montar en bicicleta «cuando voy a Jerez». Un deporte que le jugó una mala pasada porque recuerda que tuvo «un accidente y me rompí una costillita. Yo iba por el carril bici y, al cruzar una calle, me choqué con un coche». A pesar de este pequeño accidente no renuncia a los dos días de gimnasio semanal, que no le sirven para adelgazar, «pero evita incrementar peso». Sin embargo, espera «adelgazar en esta campaña, ya que, al ser muy intensa, comeré poco».
«No me arrepiento»
Para hacer esta campaña electoral ya se ha buscado un «conejo de la suerte», el mismo que coloca en la barra de los coches con los que participa en las carreras . Ya lo utilizó como talismán en 1995 cuando fue candidato a la alcaldía de Jerez de la Frontera (Cádiz) y retaba al entonces alcalde Pedro Pacheco «a salir de la madriguera para debatir conmigo».
A lo que no piensa renunciar en esta campaña electoral es a esa forma de decir las cosas que le ha convertido en un político cercano a la gente. No se arrepiente de haber admitido que se ducha con agua fría, que come yogures caducados y que, en alguna ocasión, ha comido insectos. «Yo solo conté lo que hago y no quiero obligar a los españoles a que se duchen con agua fría.
Al que le guste el agua caliente, que se ponga agua caliente; al que le guste el champú, que se lave con champú; y al que le guste el jabón Lagarto, que se lave con Lagarto . Ducharse con agua fría es muy sano y empiezas el día muy despierto. Hay mucha gente por la calle que me dice que se ducha con agua fría y que está estupenda».
El tiempo ha terminado por darle la razón en algunas de las cosas que ha dicho. En el último Consejo de Ministros al que asistió se aprobó una norma que termina con la fecha de caducidad de los yogures, que pasa a ser de consumo preferente . «A lo mejor había mucha gente que se comía los yogures caducados y tenía un sentimiento de culpa. Yo lo dije y ya no lo tiene. El desarrollo técnico-científico ha demostrado que yo tenía razón en ese momento».
Arias Cañete se reconoce como un político que no es «muy ambicioso porque nunca he pedido nada y me han dado cosas, por lo cual he tenido suerte en la vida . Nunca he sido un político que va en pos de un nombramiento o un cargo».
Arias Cañete tiene amigos en la política, algunos en el Consejo de Ministros, con los que se va de excursión a tomar vinos a La Rioja, como hicieron recientemente, pero asegura que se lleva «bien con todos».
El hecho de que solo se vaya con algunos de fin de semana «no quiere decir nada. Con unos tengo una relación de amistad y hacemos excursiones juntos, y con otros nos vamos a comer mano a mano. No he tenido ningún tropiezo con ninguno en toda la legislatura». En alguna ocasión, el mismo presidente estuvo a punto de irse de excursión con ellos, «pero no pudo hacerlo por un problema familiar».
Cañete: «Soy un abuelo profesional, experto en Pocoyó, y juego con mis nietos a la plastilina»
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