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Objetivo: arrebatar al Rey el mérito de haber frenado el 23-F

Los colaboradores de Suárez denuncian la «miserable campaña» que esconde el libro de Pilar Urbano

Objetivo: arrebatar al Rey el mérito de haber frenado el 23-F ABC

almudena martínez-fornés

Hace años que la periodista Pilar Urbano dejó de ser bien recibida en La Zarzuela. Por ello, cuando pidió entrevistar al Rey para escribir su último libro sobre el 23-F, un alto cargo de la Casa del Rey le respondió: «Pilar, entérate de una vez que en esta casa eres persona non grata».

La relación había saltado por los aires en 2008. En aquel momento dos periodistas, informadores habituales de la Familia Real, Carmen Enriquez y Emilio Oliva, estaban preparando una biografía de la Reina, que cumplía 70 años. Cuando se enteró Urbano, que había hecho otra biografía de Doña Sofía en 1997, solicitó una entrevista a la Reina para actualizar su libro. La periodista habló con Doña Sofía, pero no grabó ni tomó notas. Después, atribuyó a la Reina larguísimas declaraciones entrecomilladas que, según Zarzuela, no le hizo y que, curiosamente, coincidían con la forma de pensar de la autora, más que con la de la Reina. Lo mismo que ha hecho ahora con otras personas en su último libro, «La gran desmemoria».

Una respuesta obligada

Aquella dañina biografía fue desautorizada por la Casa del Rey y a Urbano se le cerraron las puertas de Zarzuela, aunque ella siga jactándose de sus buenas relaciones con la Institución. La Casa del Rey sabía que si se pronunciaba sobre el último libro contribuiría a hacerle publicidad, pero si no lo hacía se podría aplicar aquello de que «quien calla, otorga». La respuesta fue contundente: el libro es «pura ficción imposible de creer».

Tres horas y media después la presentación del libro, nueve estrechos colaboradores de Adolfo Suárez , a los que se sumó su hijo, Adolfo Suárez Illana , hicieran público un contundente comunicado que quitaba toda credibilidad al volumen, al que se tachaba de «libelo». Estas personas, a las que la autora citaba como sus fuentes, la acusaron de haber tergiversado torticeramente sus testimonios, aunque lo más asombroso es que algunas de ellas han asegurado a ABC que no han hablado con la periodista desde hace, al menos, quince o veinte años.

El comunicado lo firmaron inicialmente Rafael Arias Salgado, el teniente general Andrés Casinello Pérez, Aurelio Delgado, Jaime Lamo de Espinosa, el general Fernando López de Castro Fá, Rodolfo Martin Villa, Marcelino Oreja Aguirre, José Pedro Pérez- Llorca, Salvador Sánchez-Terán y Adolfo Suárez Illana. Al día siguiente se sumó Francisco Laína , presidente del Gobierno en funciones la noche del 23-F.

Laína fue director de la Seguridad del Estado con rango de secretario de Estado, y la noche del 23-F presidió la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios que se creó por decisión del Rey mientras el Gobierno estaba secuestrado en el Parlamento. Es una de las personas mejor informadas de todo lo que sucedió antes, durante y después del fallido golpe.

En el comunicado dejaban claro que el Rey no había sido el promotor del golpe de Estado del 23-F ni de la «operación Armada», sino todo lo contrario, quien lo había conseguido desmontar. Además, daban fe como testigos directos de que la relación entre Don Juan Carlos y Adolfo Suárez había sido de respeto mutuo y amistad, incompatible con las conversaciones agrias y noveladas recogidas en el libro.

Cada uno de ellos tiene apuntadas las falsedades que se les atribuyen, pero por encima de eso denuncian una «miserable campaña contra la Corona» y «la infame y falsa operación política que trata de poner al descubierto la publicación». Resulta muy llamativo que en estos momentos se esté intentando poner en duda la actuación más espectacular de Don Juan Carlos en su Reinado, que fue la forma en que paró el intento del golpe de Estado. La imagen del Rey el 23-F es uno de los principales obstáculos con los que se encuentran los partidarios de la abdicación como primer paso para cambiar el sistema de Estado.

Curiosamente, esa misma confusión sobre el papel del Rey es la que trató de generar el programa emitido por Jordi Évole el pasado 23-F en LaSexta, una cadena de televisión que es propiedad del Grupo Planeta, igual que la editorial que ha publicado el libro de Urbano.

Falta de rigor

A estos intentos por arrebatar al Rey el protagonismo de haber frenado el golpe, se suma la agria relación de Urbano con Zarzuela y la ligereza con la que siempre ha escrito la autora , como recuerdan los veteranos periodistas que coincidieron con ella en la redacción de ABC. Francisco Giménez Alemán, que era subdirector de Información de ABC el 23-F, recuerda «su falta de rigor y sus fuentes incógnitas». Cuando empezó el juicio a los golpistas, trasladó al director del periódico su preocupación, y Guillermo Luca de Tena decidió contratar a un jurídico de la Armada que supervisara las crónicas de Urbano, corrigiera sus errores y se garantizara una información de calidad. Aquel joven se llamaba Federico Trillo y hoy es embajador de España en el Reino Unido.

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