Cambios en las «reglas del juego» del Congreso

Después de que en los últimos plenos de 2013 el PP rechazara otra propuesta de la oposición para una reforma puntual del Reglamento, alegando precisamente que la Cámara tiene pendiente una revisión global de las «reglas de juego» del Congreso, la oposición se conjuró para pedir a Posada que fijara sin más dilación una fecha. Y así lo hizo y así se lo trasladó a los grupos en una de las últimas reuniones de la Junta de Portavoces, donde les instó a trabajar en las propuestas que llevarán a esa cita del 12 de febrero, e incluso recomendó a los ponentes encargados de esa reforma a aprovechar este mes para consensuar aquellos planteamientos que persigan el mismo fin para tratar de avanzar en esa reforma, cuyos ejes se llegaron a definir en la primera legislatura socialista.

Incluso el presidente del Congreso se ofreció a distribuir las propuestas que los grupos parlamentarios que así lo deseen le hagan llegar durante este mes de enero. Tal es el caso de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) o de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), que tienen previsto hacer llegar ya a Posada sus mejoras reglamentarias para ponerse cuanto antes «manos a la obra».

Desde que el pasado mes de abril se constituyera la ponencia que estudiará la mejora del Reglamento del Congreso, el presidente ha venido insistiendo en la necesidad de que los distintos partidos tengan en cuenta que, si de verdad quieren reformar las normas que rigen el funcionamiento del Congreso, deben saber que «algunas cosas» conseguirán y otras se quedarán «en el tintero».

De hecho, en la legislatura 2004-2007 todo el consenso se frustró al negarse PP y PSOE a acceder a la reivindicación que desde tiempo atrás vienen planteando los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos para que se pueda utilizar en la sede de la soberanía nacional el catalán, el euskera o el gallego.

Las posibles modificaciones que se introduzcan en ese futuro nuevo Reglamento, según Posada, deberían permitir que haya «una agilidad mayor» en los debates y que los temas a tratar sean «más cercanos» a los ciudadanos, y también deberían exigir a los diputados unos comportamientos «más claros y transparentes». Pero, además, y al hilo de las escasas explicaciones de las que la oposición acusa a Mariano Rajoy a propósito del caso Bárcenas, Posada aboga por reformar en el Reglamento las comparecencias y las interpelaciones al presidente del Gobierno, entre otras cuestiones.