Algoritmos y análisis microbiológicos para tratar la infección de la cadera
El sucesor de Cabanela en Rochester alaba al cirujano: «No puede estar en mejores manos»
Miguel Cabanela, el cirujano gallego afincado en Estados Unidos, que dirigirá la nueva operación de cadera del Rey , contará en Madrid con la ayuda de distintos especialistas médicos. Con ellos tomará la decisión más acertada para atajar cuanto antes la infección que padece ... en la cadera izquierda , donde se colocó una prótesis el pasado mes de noviembre. No parece probable que Cabanela cuente con profesionales de la Clínica Mayo, el centro donde ha desempeñado toda su vida profesional. Ayer, Rafael Sierra, un médico colombiano que ha tomado su testigo en la unidad de cadera de la clínica de Rochester (Estados Unidos) confirmó a ABC que no tiene previsto acompañar al doctor Cabanela, pero insistió en que el Rey «no podría estar en mejores manos». Es uno de los mejores cirujanos del mundo, «tanto por su destreza como por su calidad humana», dijo.
Sí es muy probable que el cirujano gallego colabore con los traumatólogos españoles con los que mantiene un contacto más directo, algunos formados con él en la Clínica Mayo. Además necesitará la participación de microbiólogos y especialistas en enfermedades infecciosas para identificar el tipo de germen que ha causado la infección y ha truncado la recuperación del Rey. El viernes, el propio Cabanela explicó en rueda de prensa que aún no ha decidido si el tratamiento para extraer la prótesis infectada, limpiar los tejidos próximos y cambiarla por otro implante se podría resolver en una o dos operaciones, con dos meses de diferencia entre ambas.
Una o dos operaciones
La decisión dependerá de los resultados de las pruebas que ya se le están haciendo a Don Juan Carlos, pero sobre todo de lo que se vea en el quirófano. Sólo entonces se confirmará el diagnóstico de infección y se sabrá si se puede limpiar la zona y colocar la nueva prótesis en un solo acto quirúrgico . La inflamación de la zona, los daños en el hueso donde se ha colocado la prótesis serán factores claves. Si la cirugía se hace en dos tiempos, el proceso puede alargarse considerablemente. En una primera operación, la más delicada, los cirujanos deben retirar el implante que lleva el Rey, tomar muestras de la infección y colocarle un espaciador (implante temporal) recubierto de antibióticos. Dos meses después, se procedería a otra intervención para colocar la prótesis definitiva.
Buscar el germen
Precisamente la Clínica Mayo ha desarrollado un protocolo distinto para tratar e identificar este tipo de infecciones. Es importante conocer el patógeno que ha originado la infección para utilizar los antibióticos más específicos y eficaces. Habitualmente se recogen muestras del tejido alrededor de la prótesis y se cultiva para averiguarlo. Ese método permite detectar entre el 60 y el 65% de los casos. La propuesta de los médicos de la Clínica Mayo es cultivar tejido protésico. Así, pueden identificar las bacterias que están adheridas a la prótesis para tener el diagnóstico más certero.
Lo hacen colocando la prótesis retirada en un recipiente con líquido y la someten a ultrasonidos. De esta forma, las bacterias se precipitan en el caldo de cultivo y el diagnóstico se amplía al 85-90 por ciento de los casos . Esta técnica, junto a un nuevo algoritmo terapéutico para decidir cuándo hay que aplicar un determinado tratamiento, se publicó en la revista médica «New England Journal of Medicine». Esta fórmula decide el mejor tratamiento en función del paciente, el tipo de bacteria y si la infección es aguda o crónica. Uno de los firmantes de este trabajo es José Luis del Pozo, un especialista en enfermedades infecciosas español que también ha trabajado en la Mayo y ahora ejerce en la Clínica Universitaria de Navarra. Por tanto, no sería extraño que participara de alguna forma en el tratamiento de Su Majestad aunque el tratamiento se haga en un centro de Madrid, tal y como ha confirmado la Casa Real.
Mala suerte
Las infecciones de prótesis de cadera son una complicación poco común que se presenta entre el 1 y el 2 por ciento de los casos . Pueden surgir aunque la operación esté bien ejecutada y el hecho de que le tocara al Rey es fruto de la mala suerte, como explicó su nuevo cirujano ortopeda. Lo curioso de este tipo de infecciones es que es poco habitual que provoquen fiebre, una de las señales de alarma. Los síntomas son poco específicos y por ello se tarda tanto en identificarlos. Los pacientes, como el Rey, sólo tienen dolor y molestias poco concretas que se pueden confundir con otros problemas.
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