«Asumo la llamada pero no le di ninguna importancia»

Antonio Martín Marugán, el interventor que llamó desde el vagón 3 del Alvia (el penúltimo del convoy) desde su móvil corporativo al teléfono corporativo del maquinista, explicó ayer a ABC algunas circunstancias sin ahondar en el contenido de la llamada por el que, cree, tendrá que declarar ante el juez. «Asumo que hice la llamada, por supuesto. Una llamada de servicio . No hablábamos de nada personal, faltaría más. Se trataba de un servicio a unos viajeros, una familia, para que se bajaran en Pontedeume por un lugar más cómodo porque el paso habitual no lo es. Alguien en su juicio no puede creer, como se está diciendo, que un interventor va a dar instrucciones a un maquinista o a indicarle el camino que tiene que seguir», señala Martín.

A la pregunta de por qué no refirió esa llamada (tampoco lo hizo el maquinista) hasta que la desveló la caja negra que existía y luego la confirmó ayer el propio conductor, Francisco José Garzón , ante el juez, su respuesta es tajante: «No me acordé de esa llamada. La olvidé por completo. Por eso no se lo dije a la Policía. No hay nada que ocultar». El viernes 26 declaró en la Brigada de Policía Judicial de Santiago, junto al resto de la tripulación en condiciones de hacerlo, según consta en el atestado policial.

El interventor se recupera de sus heridas (politraumatismos, un corte en el pómulo y una fractura en la pierna) y da gracias por haber sobrevivido: «Ese día me ampliaron la garantía, pero no dejo de pensar en las personas que no tuvieron la misma suerte que yo».

Martín, gallego, echó los dientes en Renfe . Tiene 61 años y entró a trabajar como aprendiz en la compañía con solo 15. Es interventor desde 1982 y lleva en su tierra destinado desde 1986. No puede hacer declaraciones como empleado de Renfe, pero su afabilidad acaba tirando del hilo de la conversación telefónica.

Recuerdo a las víctimas

El interventor, que conoce desde hace años a Garzón (éste fue antes agente maquinista y reponedor de combustible), vuelve a las víctimas una y otra vez.