País vasco
Quien se pica, ajos come
«Gara» anda mosqueado, y preocupado, ante la iniciativa de un grupo de ciudadanos de plantar cara a aquellos festejos del País Vasco y Navarra en los que se enaltezca el terrorismo

No parece haber agradado al periódico «Gara» la posibilidad de que ciudadanos vascos y navarros en número significativo lancen un «basta ya» y se planteen boicotear, con su ausencia y su denuncia, aquellas fiestas patronales en las que se exhiban fotos de presos etarras o cualquier otra simbología que suponga un enaltecimiento del terrorismo. Prefiere que en la Casa Consistorial de Oyarzun; en las calles Cardaberaz y Mayor, de Hernani, en la Plaza Gudariak, de unos cuantos municipios feudos de Bildu... se expongan los rostros de quienes están en prisión por sus muchos crímenes . No importa que se ofenda a las víctimas, pese a que la «izquierda abertzale» escenificara hace unos meses su presunta autocrítica por la falta de sensibilidad que ha tenido a lo largo de años hacia quienes han sufrido el zarpazo de ETA.
Ayer, el colaborador de «Gara» Maite Soroa llamaba «panda de aguafiestas» a estos ciudadanos por el hecho de que no quieren que las fiestas patronales que celebran decenas de municipios del País Vasco y Navarra se conviertan en un permanente grito de «viva la muerte» En opinión de este escribiente, se trata de una «majadería», que solo puede ser obra de una «cuadrilla» de «karabinagres». Del artículo se desprende que la mejor forma de disfrutar de unas fiestas bildutarras pasa por la ingesta de un coctel-molotov bien cargado; el lanzamiento de unos cuantos petardos de cloratita; la participación en un concurso de dardos, con un guardia civil como diana, y, por supuesto, la asistencia a un merecido homenaje a los presos de ETA, a poder ser, en una plaza que se llame «De los Soldados vascos».
El autor, que desde hace unas cuantas décadas firma con seudónimo, reprocha que la información publicada por ABC sobre esta iniciativa ciudadana esté firmada con iniciales, «quizá por vergüenza torera» . En otro momento, se mofa del testimonio de uno de los impulsores de esta iniciativa, cuando expresaba su indignación por la proliferación de fotos de etarras en las fiestas. «A servidora le están entrando unas ganas locas de conocer al indignado en cuestión, porque conociendo la decoración que lucen las calles de este país se lo imagina con un enfado perpetuo».
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