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Pedir explicaciones, sí, pero darlas, no

Pere Navarro rechaza comparecer en el Parlamento catalán por la implicación del PSC en el espionaje político de Método 3

Pedir explicaciones, sí, pero darlas, no alejandro garcía

f.delgado-iribarren

Una cosa es pedir explicaciones, y otra darlas cuando te las piden a ti. El líder del Partido de los Socialistas de Cataluña, Pere Navarro (Tarrasa, 1959), consideró este sábado que no debe dar explicaciones por el caso de espionaje político en Cataluña. Y eso después de que la gerente del PSC, Lluïsa Bruguer, fuera imputada por su presunta implicación en las escuchas ilegales que la empresa de detectives Método 3 realizó sobre la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y María Victoria Álvarez , exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, relacionado este con posibles delitos de corrupción.

Llama la atención la renuencia de Navarro a comparecer ante el Parlamento autonómico, cuando él mismo ha sido uno de los principales reclamantes de comparecencias del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Es más, no sólo le ha pedido encarecidamente que dé explicaciones ante todos los diputados por su intercambio de SMS con el imputado Luis Bárcenas, sino que ha dado varios pasos más y ha pedido directamente su dimisión. Lo expresó con una fórmula extraña el pasado 15 de julio: «Para radicalizar, regenerar la democracia, son necesarios gestos y es necesario que Rajoy dé el paso hacia otro presidente».

Se le podría recordar a Pere Navarro eso de: «Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar». Porque sólo 5 días después de incurrir en esa andanada contra Rajoy, asegurando que el gallego tiene «el miedo en el cuerpo» por «estar en manos de un chantajista, de un presunto delincuente», ahora es el corifeo catalán del PP el que le pide por activa y por más activa que explique por qué las investigaciones sobre el espionaje de Método 3 han conducido a la sede del PSC en Barcelona. Una sede, por cierto, en el que la policía ha hallado «pruebas objetivas » de la participación del partido federalista catalán en la trama de espionaje.

Pere Navarro todavía tiene tiempo de cambiar de opinión y de predicar con el ejemplo. Casualmente, se puede trazar un cierto paralelismo, en algunos aspectos, entre su caso y el de Mariano Rajoy. «Su» imputada es la gerente del PSC, Lluïsa Bruguer , mientras que el imputado del PP es Luis Bárcenas, que también fue gerente del partido hasta el año 2008. El portavoz del PP en el Parlamento catalán, Enric Millo , ha recordado varias cosas. A saber: que a la fecha de la comida grabada en el restaurante de La Camarga, el 7 de julio (San Fermín) de 2010, gobernaba en Cataluña el tripartito (es decir, PSC más ERC más ICV) , en ese momento encabezado por el cordobés José Montilla; y que a la sazón gobernaba en España Rodríguez Zapatero, con Pérez Rubalcaba como ministro del Interior.

«Bruguer recibía órdenes»

Enric Millo considera que es «imposible» que Lluïsa Bruguer actuara por libre y apunta a que «es evidente que recibía órdenes de los responsables políticos». El PPC pide (por segunda vez, porque a la primera el propio PSC, CiU y ERC se negaron) la creación de una comisión de investigación. Pero Pere Navarro, escéptico, se encoge de hombros: «No sé qué aportaría que yo compareciera en el Parlament». A la espera de la posible imputación del exsecretario de Organización de su partido, José Zaragoza, habrá que conformarse, por ahora, con lo que «diga» el ordenador incautado a la gerente Bruguer en la sede de la calle Nicaragua.

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