El laberinto de los «papeles de Bárcenas»

Para empezar porque lo previsible es que la Fiscalía, a la que Gómez Bermúdez ha hecho caso omiso pese a que le pidió que se inhibiera al ser Ruz el «legítimo» instructor de esta causa, recurra el auto de admisión de la querella, supuesto ante el que Gómez Bermúdez bien podría recular y archivar su incipientes diligencias previas o bien podría retener el procedimiento. Legalmente puede hacerlo, aunque no cuente con el apoyo del fiscal, porque hay una acusación popular que defiende un interés legítimo. Otra cosa es el coste que tiene para este juez mantener esa causa abierta sabiendo como sabe que ya la investiga su compañero. En el peor de los supuestos (por las dilaciones que ello conllevaría) cabría plantear una cuestión de competencia, algo que tendrían que hacer los jueces protagonistas de esta «pugna judicial»: Javier Gómez Bermúdez y Pablo Ruz.

Mientras esta cuestión de competencia se tramita no cabría practicar más diligencias que aquéllas que sean de carácter urgente, lo que conllevaría una demora en la investigación. Pablo Ruz asumió la causa que venía de la Fiscalía el pasado jueves tras recibir un informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía que apuntaba tres vínculos entre los papeles de Bárcenas (la presunta contabilidad del PP) y los cabecillas de la presunta trama de corrupción. Estos vínculos estaban relacionados con la financiación de las elecciones autonómicas y municipales gallegas con Pablo Crespo como secretario de Organización del PP en aquella comunidad y con la presunta adjudicación «a dedo» de contratos a la empresa del constructor García Pozuelo, imputado en la pieza principal de Gürtel.

Pese a que la investigación de los papeles de Bárcenas lleva abierta desde principios de febrero (aunque fuera en manos de la Fiscalía Anticorrupción como paso previo a su judicialización, el pasado jueves), Gómez Bermúdez partió ayer de cero en su auto de admisión de la querella de IU y volvió a solicitar diligencias que ya pidió en su momento o bien el fiscal Antonio Romeral o bien el propio Ruz el pasado jueves: los presuntos papeles de Bárcenas a El País, documentación al Partido Popular acerca de las donaciones recibidas o el acta notarial en el que Bárcenas manifestó que era él, junto Álvaro Lapuerta, quien controlaba las cuentas de Génova.

Al margen de las peticiones duplicadas, Gómez Bermúdez, a diferencia de Ruz, no ha llegado a constatar siquiera si existe relación entre los papeles de Bárcenes y Gurtel, pero se ha apresurado a dar un paso que todavía no había dado su compañero Ruz: citar, para finales de marzo y ya en calidad de imputados, a nueve empresarios que aparecen como quienes dieron los donativos al partido. Todo ello sin que haya llegado al juzgado todavía el informe que revelará si la letra de los documentos atribuidos a Bárcenas corresponde o no al extesorero. Todo un laberinto judicial en el que Gómez Bermúdez parece haber querido empezar la casa por el tejado.