Felipe González apela a una «recomposición a fondo» del PSOE

«No sé qué significa eso de que va a disminuir el ritmo de destrucción de empleo… Eso de que la economía está tocando fondo, cosa que creo que será verdad en un año, no significa que vaya a rebotar, sino que se puede quedar en el fondo una temporada», añadió en referencia a las reflexiones de Mariano Rajoy .

A su juicio, hay una política equivocada por parte de Europa, que es fundamental y que España sigue «en el mismo error». «Lo que se está haciendo mal viene de atrás, no ha mejorado con el actual Gobierno, pero viene de muy atrás».

«Soy crítico con la señora Merkel -prosiguió- y creo que se está equivocando muy seriamente, y está influyendo de forma clave en el proceso de decisiones europeo, pero también le doy la razón en algunas cosas: creo que entre los años 98 y 2008 se agravaron algunos problemas de la economía española y se agravaron seriamente. Nuestro modelo de crecimiento económico se basaba en el consumo interno, fundamentalmente de ladrillo y de cemento, perdiendo competitividad, capacidad de exportar… Y ese modelo, que creó una falsa sensación de riqueza, ha entrado en crisis».

¿Ve a Rubalcaba dirigiendo de aquí a unos años el PSOE?, preguntó Luis del Olmo. «Si tiene la edad que tiene, depende del de aquí a unos años que usted diga».

«Él tiene una tarea que hacer y que cumplir, y es la persona más cualificada para cumplirla, que es lo que ocurre siempre que se pierden unas elecciones: una travesía en el desierto que exige una recomposición a fondo del partido para situarlo en lo que debe ser, una alternativa razonable frente a lo que ocurre en el país. La obligación de Rubalcaba es esa».

«¿Ahora, quién conducirá el proceso posteriormente?», se preguntó el ex secretario general del PSOE, «Pues lo decidirá la gente, yo creo que con una amplia participación».

Respecto a la conflictividad social, González cree que hay que estar siempre atento a lo que pasa en la calle. «Ahora están pasando tantas, tantas cosas que uno no tiene más remedio que ver que hay un estado de ánimo muy desesperanzado».

Sobre el independentismo en Cataluña, Felipe González opina que «es un planteamiento sin salida para los catalanes». «Conduce a una situación imposible para Cataluña y el conjunto de España. Con diálogo y comprensión se puede y se debe reencauzar», recalcó.

Lo que se decida hacer en Cataluña «me afecta a mí, a mi conciencia de español como afecta a los demás». «Desde luego, la única decisión que no se debe tomar es la ruptura, el aislamiento y la fractura… eso es una desgracia para todos».

Para resolver el actual rompecabezas político, el ex presidente del Gobierno recomienda «meterle horas de diálogo» porque «los pueblos no pueden depender de una obsesión personal. Es más importante el destino común como pueblo que la obsesión personal de alguien».

Respecto a la conflictividad social, González cree que hay que estar siempre atento a lo que pasa en la calle. «Ahora están pasando tantas, tantas cosas que uno no tiene más remedio que ver que hay un estado de ánimo muy desesperanzado».

En cuanto a la reforma de la Constitución, sin duda, cree que hay que hacerla. «Tengo la sensación de que un ciclo se va agotando y cuando se agota, hay que hacer las reformas necesarias para que haya un ciclo nuevo, esperanzado, como el que iniciamos hace más de 30 años». «Las constituciones no son las tablas de la ley. Hay que irlas cambiando en la medida en que las necesidades lo exijan».

Por lo que respecta al «caso Noos», González ve «evidente» que Iñaki Urdangarin «ha cometido errores gravísimos que tienen una calificación desde el punto de vista judicial». «Ha producido daño institucional, pero más allá de eso, creo que la Justicia aclarará todos los pormenores».

Felipe González, en alusión al «caso Bárcenas», cree que el PP tiene que rechazar el «chantaje» porque, aunque tiene un coste, «aceptarlo tiene cien veces más coste».

«De las propuestas contra la corrupción del debate sobre el estado de la nación, suscribiría las que han hecho unos y otros. Sin embargo, la gente no va a creer esas propuestas mientras los casos que producen actualmente alarma entre los ciudadanos no se enfrenten con absoluta decisión, claridad y transparencia. Y eso no se está produciendo», dijo.

El PP tiene «una falsa visión de la realidad»: cree que la mayoría absoluta les de la suficiente estabilidad como para hacer lo que tienen que hacer.

«Y hay dos fallos: el primero, no saben lo que tienen que hacer y segundo, cuando hay una mayoría absoluta, toda la responsabilidad recae sobre esa mayoría que desprecia la posibilidad de pactar con las minorías. Eso agrava la distancia de los ciudadanos respecto de la política. Se equivocan, cuando se tiene mayoría absoluta hay que tender más a acuerdos», concluyó.