Lo que hace fuerte a las exportaciones españolas

Las exportaciones españolas han conseguido un vigoroso comportamiento en los últimos trimestres, y ello pese a que a pesar de que ningún país europeo estaba creciendo, siendo éste el principal destino de nuestros productos , y por tanto, haciendo esperable que éstas puedan llegar a ser mejores cuando los socios europeos comiencen a crecer de manera sostenida.

Las exportaciones españolas se siguen comportando mucho más favorablemente que las de el resto de socios europeos. En esos ocho primeros meses del año las exportaciones francesas cayeron un 2%, las de Alemania un 1,1%, mientras que en Italia cayeron un 0,3%. De los grandes países de la Unión Europea solo Reino Unido registró registró un crecimiento de sus exportaciones, un moderado 0,6%. En la zona euro las exportaciones retrocedieron 0,8% mientras que en el conjunto de la Unión Europea avanzaron un leve 0,7%.

La mejora de las exportaciones españolas no tiene un único responsable. Son cúmulo de multitud de factores. Por un lado, la apertura en nuestras empresas a nuevos mercados ha permitido no solo compensar sino mejorar la atonía generalizada en la demanda interna de la Unión Monetaria. Este aumento viene por tanto motivado por el crecimiento en nuevos mercados.

Los datos así lo demuestran . Las exportaciones a América Latina crecieron en los ocho primeros meses del año un 11,7%. En Asia crecieron un 16,9%, y si se desagrega por áreas el crecimiento en Oriente Medio supera el 35%. En África, el crecimiento estuvo cerca del 15%. Ser capaz de abrirse a nuevos mercados es el principal factor que ha posibilitado este incremento.

Europa sigue representando el principal destino de nuestras exportaciones (69 %), aumentando un 3,9% en los ocho primeros meses del año. En los países de la zona euro (destino del 48,2% de nuestras exportaciones) se han producido incrementos moderados en los principales destinos. A Alemania crecieron un 0,8%, a Francia un 3,1% y a Italia un 1,3%. Solo se registaron caídas significativas en Malta (53,9%) y Chipre (30,5%), arrastradas por la crisis de éste último, y que no representan en conjunto más del 0,2% de las exportaciones españolas.

Para mantener el nivel en las exportaciones a Europa y abrir los nuevos mercados ha sido fundamental la reducción de los costes laborales unitarios que España ha experimentado en los últimos años. De este modo, se ha corregido la escalada que habían experimentado en la década anterior. En el periódo 2000-2005 se incrementaron un 4,6%, y en 2005-2011 lo hicieron un 3,5%.

A partir de 2009 empezaron ha corregirse, primero mediante la masiva destrucción de empleo, más tarde por la contención salarial acordada entre los agentes sociales, y por un incipiente repunte de la productividad.

La reducción en los costes laborales es la piedra angular de ese aumento de las exportaciones, que ha requerido la voluntad de las empresas de cometer esa aventura , lo que las dotará de músculo para crecer cuando además puedan servir a la alicaída demanda nacional. Es esto lo que ha logrado tanto la apertura de los nuevos mercados como el mantener el mercado europeo.

Los análisis privados y de organismos internacionales, comienzan a corroborar que la economía española presenta los patrones de recuperaciones anteriores: proceso de devaluación interna, diversificación de destinos y búsqueda de competitividad más allá de los precios.

Así, todos los productos exportados han experimentado en lo que va de año importantes incrementos: los alimentos repuntaron un 6%; los productos energéticos un 7%; las materias primas un 3,8%; los bienes de equipo un 16%; los componenentes de automóvil un 6,4% y las manufacturas de consumo un 11%.

En este escenario ascendente, el principal riesgo para su continuidad en el tiempo derivaría de que los mercados emergentes frenasen su crecimiento , y que la todavía tímida recuperación europea no termine de arrancar.