Nadal, cada día más fino en Nueva York

Ante Dodig, peligroso tenista, un croata valiente al que le condenó su osadía, Nadal completó una buena sesión de tenis. Apenas hay grietas en su juego, más convincente que nunca , y supera etapas sin apenas titubeos. No ha perdido el servicio en ninguna de las tres rondas que ha disputado y sólo ha concedido cinco bolas de break en todo el torneo. Sinónimo de seguridad, sinónimo de Rafa Nadal.

La gigantesca central de Flushing Meadows, la Arthur Ashe, se acostumbra a ver a Nadal en modo destructivo. Ahora juega siempre al ataque , imperativo el cambio de mentalidad porque así acorta antes los puntos y su rodilla sufre menos, y se defiende tan bien como siempre, capaz de alcanzar bolas que cualquier otro daría por perdidas.

Después de maravillas en Montreal y en Cincinnati, especialmente brillante su nivel en Canadá, Nadal mantiene el color en el US Open. Solventó con rapidez los compromisos ante Ryan Harrison y Rogerio Dutra Silva y aceptó la exigencia de Dodig con paciencia , uno de los pocos rivales con el que no tenía el cara a cara a favor (1-1). Ya ha desnivelado la balanza.

Y lo hizo con muy buenas maneras. Rompió en el tercer juego del primer set para asegurarse el parcial y repitió receta en el segundo mientras Dodig necesitaba atención médica. Cuando Nadal toma ventaja es muy difícil que vuelva atrás y el pulso quedó muy descompensado a partir de ese 2-0 en el marcador. Ya la tercera manga no tenía emoción y Nadal cerró el puño a lo grande.

Nadal se enfrenta ahora al alemán Philipp Kohlschreiber , que se deshizo del «gigante» John Isner en 4 sets (4-6, 6-3, 5-7, 6-7).