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La inconsistencia de las testigos protegidas debilita la acusación a Morín

La principal testigo, exempleada de las clínicas, se contradice y afirma que no recuerda las irregularidades que denunció en 2007

efe

La acusación contra Carlos Morín por los abortos presuntamente ilegales se ha visto debilitada hoy por la inconsistente declaración de las dos testigos protegidas de cargo, una de las cuales ha dicho no recordar nada mientras la otra ha admitido que dejó de trabajar para el procesado hace 23 años.

Las dos testigos protegidas que destaparon el caso cuando acudieron a la policía para denunciar la práctica de abortos ilegales en las clínicas de Morín han declarado hoy por videoconferencia en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona contra el ginecólogo, que afronta más de 300 años de cárcel, y un grupo de colaboradores suyos.

La declaración de ambas testigos protegidas, que motivó que la juez instructora admitiera a trámite la querella presentada por la asociación E-Cristians , era una de las pruebas más esperadas del juicio, pero contrariamente a lo previsto ha acabado por dar oxígeno a las defensas y debilitar la acusación contra Morín.

La primera de las testigos, que en una extensa declaración en instrucción detalló los abortos ilegales que se practicaban en los centros de Morín, se ha escudado hoy en que cuando acudió a la policía documentada con historiales médicos para denunciar el caso lo hizo bajo una "grave depresión" que la obligaba a medicarse.

La testigo ha dicho no recordar nada de las irregularidades que relató en 2007, ya que han transcurrido cinco años desde los hechos, y ha explicado que cuando denunció el caso se sentía víctima de una "presión muy grande" por los momentos de tensión que se vivían en las clínicas de Morín a raíz de la difusión del documental con cámara oculta de la televisión danesa que destapó la supuesta práctica de abortos ilegales.

La declarante ha añadido que trabajó 18 años en las clínicas de Morín, pero dedicada a tareas de organización de los centros más que a la asistencia sanitaria, por lo que ha dicho no recordar si se practicaban abortos de más de 34 semanas o si se falseaban los dictámenes psicológicos de las pacientes para permitir la interrupción voluntaria del embarazo.

Memoria selectiva

"Si así lo dije en su día así es", ha repetido constantemente en su declaración la testigo protegida, a la que el presidente del tribunal ha llamado la atención recordándole que no le está permitido ratificarse en su declaración en instrucción y que está obligada a decir la verdad.

La fiscal ha acabado su interrogatorio preguntando a la testigo los motivos por los que recordaba con detalle algunas cuestiones organizativas de la clínica y no justamente los elementos incriminatorios de la acusación, pero la declarante ha vuelto a refugiarse en la grave depresión que sufría en la época, por la que estaba de baja médica.

La segunda sorpresa de la sesión de hoy la ha proporcionado la otra testigo protegida. A los pocos instantes de comenzar su declaración, sin embargo, el presidente del tribunal ha interrumpido su narración para formularle la pregunta clave de cuánto tiempo llevaba sin trabajar con Morín, a lo que la testigo protegida ha acabado reconociendo que dejó su empleo en las clínicas del ginecólogo en el año 1988 o 1989.

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