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Saint Laurent y el triunfo de la ropa comercial

La primera colección de Hedi Slimane para la casa francesa, que se presentó en la semana de la moda de París, ha defraudado a todos aquellos que esperaban algo diferente y sorprendente. Se define en una palabra: comercial

Saint Laurent y el triunfo de la ropa comercial AFP

ana ureña

Era uno de los desfiles más esperados de la semana de la moda de París. Era el debut de Hedi Slimane para la firma antes conocida como Yves Saint Laurent (ahora Saint Laurent a secas). También era la primera vez que el diseñador hacía una colección de mujer, ya que anteriormente diseñaba para Dior Homme, la firma de ropa masculina de la Casa Dior.

Los meses pre desfile trajeron todo tipo de cambios. Primero fue el cambio del nombre (YSL pasa a llamarse Saint Laurent Paris), después el cambio del logotipo, de la decoración de las tiendas, del packaging, sin nota de prensa oficial, todo comunicado con cuentagotas por el Facebook de la firma. Sí se mandaron los retratos oficiales nuevos del diseñador a algunos medios, para su uso en prensa. Y así iba llegando poco a poco la información.

Las semanas antes del desfile fueron aún más intensas con jugosos cotilleos «fashionistas». Se habló de una rivalidad entre Slimane y Raf Simons (diseñador de Dior, que hacía su debut en prêt-à-porter con la Maison francesa). El hecho de que las dos firmas pertenezcan a grupos rivales, solo ayudaba a alimentar el enfrentamiento creado por la prensa (Dior es de LVMH mientras YSL es de PPR).

Y en el mismo ansiado desfile más polémica. Según la directora de moda Lisa Armstrong del Telegraph , hubo problemas con el «seating». Pero peor aún escribe que Slimane no quiso hacer declaraciones ni antes, ni durante, ni después del desfile, cosa que hacen todos los demás diseñadores como deferencia a la prensa (les explican la colección), a los famosos que quieran acercarse (les enseñan las piezas clave), a los amigos (les preguntan su opinión) y a los compradores (les muestran las prendas y las texturas).

¿La colección? Prendas ponibles y apetecibles , en una gama de color limitada (blanco o negro) que acercaban el universo de Yves Saint Laurent a una mujer urbana, con un toque hippy rockero.

¿Conclusión? Una colección envuelta en misterio durante meses, que llegó a crear una gran expectación, y acabó defraudando por su comercialidad a aquellos que esperaban algo Sublime con «S» de Slimane y de Saint Laurent.

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