El colaborador del CNI detenido por traficar con datos ha trabajado para Venezuela

Este periódico se ha puesto en contacto con Bevilacqua, que ha declinado amablemente hacer declaraciones. Preguntado por la naturaleza de los trabajos que ha realizado para la Administración venezolana , su respuesta ha sido un lacónico «nunca hablamos sobre nuestros clientes».

Se refiere a los clientes de su empresa, CF Labs, de la que es director tecnológico. Bevilacqua se presenta en la web de la empresa catalana como «responsable del diseño e implementación de múltiples laboratorios forenses, desde pequeños equipos para el sector privado hasta laboratorios gubernamentales con cobertura nacional».

Su vinculación con Venezuela es importante. El pasado octubre fue ponente en un taller de Gerencia de Seguridad de la Información organizado por el Sistema Nacional de Gestión de Incidentes Telemáticos-VenCERT. Bevilacqua instruyó a personal del área de informática de la Administración Pública Nacional. VenCERT está adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias del gobierno chavista.

En noviembre de 2010, Bevilacqua dictó otra ponencia en Caracas dentro del primer Congreso Internacional de Seguridad de la Información, promovido por la Superintendencia de Servicios de Certificación Electrónica.

Fuentes conocedoras de la «operación Pitiusa» , el mayor golpe asestado a una trama de traficantes de datos protegidos, han expresado a ABC su sorpresa ante el hecho de que Bevilacqua colaborara simultáneamente con el Centro Nacional de Inteligencia y el Gobierno de Venezuela.

Matías Bevilacqua también trabajó para el CERT español, dentro de la plataforma esCERT, de la que fue director técnico. Se encargó de coordinar a nivel nacional el Proyecto Europeo EISPP. Financiado con fondos comunitarios, tiene como objetivo la creación de una red de seguridad informática europea.

El sumario de la «operación Pitiusa» está plagado de pinchazos telefónicos en los que interviene Matías Bevilacqua, d e 36 años y origen argentino, aunque afincado en Barcelona . Intervenía el disco duro y los buzones de correo electrónico de un ordenador a cambio de 2.500 euros. Lo hizo en los equipos de empleados de las multinacionales DuPont. Unilever y Minas del Río Tinto. Tras su detención le fueron intervenidos 140.000 euros en metálico, que justificó diciendo que era el pago de unos trabajos realizados para el Centro Nacional de Inteligencia.

Bevilacqua ha impartido numerosos cursos de formación a jueces, fiscales y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Desde su entorno aseguran que las intervenciones de ordenadores detectadas por los investigadores de la «operación Pitiusa» eran trabajos «legales» y de ellos se levantaba acta notarial. Antes de crear CF Labs, Bevilacqua trabajó en otra firma similar, Cybex, administrada por el detective Juan de la Torre, de la agencia Intelligence Bureau.

La trama de detectives tenía informadores en distintos cuerpos policiales y en las áreas de Hacienda y Sanidad, entre otros organismos públicos. También contaban con empleados de varias empresas de telefonía y bancos.