La tasa Tobin, un impuesto financiero para acabar con la sangría de los mercados
La aprobación del tributo «Robin Hood» se discutirá el próximo viernes en la reunión del Ecofin
eva pastrana
En una Europa a la búsqueda de soluciones de urgencia para frenar la sangría en el mercado de deuda, una vieja propuesta tributaria, «la tasa Tobin» , ha vuelto a cobrar pleno protagonismo. Ideada en 1971 por el economista James Tobin, que acabó ... recibiendo el Premio Nobel de Economía, la propuesta introducía la posibilidad de grabar los intercambios financieros. La iniciativa fue ampliamente acogida en los 90 por los movimientos antiglobalización y la extrema izquierda, mientras la derecha lo tachaba de «utópico» e «irreal» . «Los aplausos más sonoros vienen del lado equivocado», se quejaba su creador, convencido de que el impuesto era condición «sine qua non» para crear un mercado global y liberalizado.
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Ahora, cuarenta años más tarde, los líderes europeos, que llevan meses estudiando una fórmula para poner límites al comportamiento agresivo de los mercados, parecen darle la razón. La t asa Tobin o ITF (impuesto sobre las transacciones financieras) puede ser una solución a la crisis de deuda. Así lo aseguraba el presidente de la Comisión Europea , José Manuel Durao Barroso : «Ha llegado la hora de que el sector financiero devuelva a la sociedad parte de la contribución que ha recibido», afirmó en septiembre del año pasado. La idea es que el gravamen a las operaciones financieras podría disuadir de los movimientos reiterados especulativos y a corto plazo, precisamente los que están causando estragos en la Vieja Europa.
Buena aceptación
La canciller alemana, Ángela Merkel , y el ex presidente de Francia, Nicolás Sarkozy dieron su apoyo a la creación de una tasa a las transacciones financieras a principios de este año. También el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy y el actual presidente de Francia, François Holland e, abrazan la idea . La Comisión (CE) y el propio Parlamento (PE) se han mostrado desde hace tiempo como los abanderados de esta tasa.
La resolución para la introducción del impuesto, cuya ponente fue la socialdemócrata griega Anni Podimata, obtuvo 487 votos a favor, 152 en contra y 46 abstenciones en el Parlamento el pasado marzo.
Aunque muchos grupos de izquierda pedían un tipo impositivo mayor, la Eurocámara accedió al nivel propuesto por la CE (0,1 % para acciones y bonos, 0,01 % para derivados).
La Eurocámara consideró asimismo que la medida debe introducirse aun si no hay quórum en los Veintisiete y quedan fuera de la misma los países más reticentes. Se estima que el gravamen sobre las operaciones financieras llevaría a r ecaudar 60.000 millones de euros a la Unión Europea, que podría ser más independiente de las aportaciones de los países ( España se ahorraría 4.741 millone s de euros, aproximadamente la mitad de los fondos que cede), según los cálculos publicados en marzo por la CE.
Una oportunidad única
La tasa cuenta también con firmes enemigos en Europa. R eino Unido, Dinamarca, Suecia y Holanda Chipre y Malta no están por la labor de introducir el impuesto en su territorio. También se oponen a la medida empresas, bancos, bancas de inversión, « hedge funds» (fondos buitre) y la mayoría de los inversores.
J ean-Claude Trichet , ex presidente del BCE, dijo cuando era Gobernador del Banco Central de Francia que la idea «tenía más inconvenientes que ventajas». Su sucesor, Mario Draghi también ha subrayado «los efectos negativos que podría conllevar la introducción del gravamen en cuanto a las inversiones extranjeras en Europa, la política monetaria y la volatilidad y especulación en los mercados».
Quien más se opone a la tasa es el primer ministro británico, David Cameron. Quizás por que el 80% de la actividad financiera de la UE se desarrolla en la City de Londres. Cameron considera que el impuesto es «una locura» y «agravaría aún más la recesión
No obstante, el índice de aceptación sobre la tasa en Europa es más alto que nunca. La próxima r eunión del Ecofin el 22 de junio junto con la C umbre del Consejo Europeo el 28 , constituyen una oportunidad única para poner sobre la mesa una medida que podría cuanto menos frenar el asedio de los mercados a nuestra diezmada deuda.
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