RTVE suspenderá en verano «La mañana de La 1», «Corazón» y «+ Gente»

La partida más gorda es la deportiva, inflada con los 70 millones que cuestan los Juegos Olímpicos. TVE trató de vender algunas pruebas pero no encontraron comprador, así que para rentabilizar la inversión mandarán solo 123 profesionales a Londres, un 30% menos de los que cubrieron la cita olímpica de Pekín en 2008. El resto del dinero se lo come la Champions (30 millones de euros) , la Vuelta ciclista (4 millones), el tenis y la selección española. Telecinco tiene la Eurocopa pero los demás partidos de «La Roja» los da TVE. Y cada encuentro, «incluso los amistosos», cuesta 2,5 millones de euros. Lo mismo que tres capítulos de «Águila Roja» y cuatro de «Cuéntame». TVE emitirá este año «cuatro o cinco partidos de la selección», lo que supondrá un desembolso de unos diez millones de euros.

Con estos números, poco queda para el resto... En películas extranjeras y españolas se gastarán 46 millones -hay títulos que cuestan un millón, «aunque la mayoría son más baratos»-. Para las series solo tienen 20 millones de euros y una parte ya se ha gastado en los capítulos de «Cuéntame» y «Águila Roja» que se emitieron a comienzos de este año -ahora estas series están congeladas-. Lo que sobra es para financiar «Amar en tiempos revueltos» y las novelas de la tarde. Pero con algo hay que llenar la parrilla... TVE anunció ayer dos nuevos programas: «La cocina de Sergio», con el chef Sergio Fernández; y «Solo moda», dedicado a las pasarelas que vienen a cubrir el vacío que dejarán «La mañana de La 1», «Corazón» y «+ Gente», suspendidos en verano.

Al margen de la programación el otro problema de RTVE es la ausencia de presidente, que será elegido a finales de junio con consenso o sin él. Entre sus competencias está la de elegir director de informativos. Y la persona que elija será sometida a la valoración de los trabajadores de las noticias de TVE. Su juicio no es vinculante, pero al menos podrán decir si están de acuerdo o no. El ex presidente de RTVE, Alberto Oliart , abogó por que su sucesor no sea «un nombramiento de partido». Él tuvo el visto bueno de PP y PSOE y dimitió el pasado julio.