Villalcampo se «sube al burro» del desarrollo sostenible
La localidad zamorana organiza por sexto año su «paseo entre viñas y asnos» para reinvindicar la importancia de este animal como recurso «único, endémico y en peligro de extinción» en tareas agrícolas y ganaderas tradicionales

Villalcampo (Zamora) te espera el sábado 28 de abril a partir de las once de la mañana. A esa hora comienza «Un paseo entre viñas y asnos» . El ayuntamiento organiza, por sexto año consecutivo, una jornada que busca resaltar un «recurso único, endémico y en peligro de extinción (desde 1987)» como es el burro zamorano-leonés .
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«Villalcampo alberga la mayor cantidad de ejemplares de asnos de esta variedad en España, unos 115. La mitad de ellos, más o menos, acudirán a la ruta de senderismo planeada desde el consistorio en colaboración con la Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamorano-Leonés (Aszal)», señala Paz Diegues, agente de Empleo y Desarrollo Local e impulsora de la iniciativa. Históricamente se han identificado al Asno Andaluz (Andalucía), Catalán (Cataluña) y Zamorano Leonés (Castilla y León). Dos razas más, el Asno de las Encartaciones (País Vasco) y Majorero (Islas Canarias), han venido a sumarse en la actualidad.
Leña y patatas
Juanjo, agricultor jubilado, participa con una pareja de burros: «Los otros dos animales que tengo no sirven: uno es mayor y la otra muy joven (9 meses). Durante la caminata realizamos demostraciones de cómo se empleaban antaño los asnos para arar viñas o sembrar patatas».
Los burros también han ayudado al hombre a transportar personas, bultos y leña. Y han sido perfectos compañeros de vacas y ovejas durante sus trashumancias. Sin olvidar su inestimable aportación a la producción de mulas . «Nosotros montamos y trabajamos con los nuestros. Incluso los criamos gracias a las ayudas de la Diputación, pero el futuro del burro es muy oscuro: cada vez hay más tractores y sus propietarios cada vez somos más viejos », comenta el hombre.
Por suerte, si algo distingue al asno zamorano-leonés es su capa negra mal teñida o sucia que se degrada hasta convertirse en plateada en ciertas partes de su cuerpo (nariz, ojos, axilas, pecho, nalgas, bragadas, bajo vientre) y su carácter noble . Villalcampo lleva cuatro años intentando sacar oro de la conservación de la especie, gracias a su Aula del Asno, convirtiéndola en «un animal doméstico de elección, como producto de turismo o como actor importante en la recuperación terapéutica de personas con problemas», manifiesta Diegues.
Asinoterapia
El Aula del Asno abrió sus puertas al público en octubre de 2011 . Desde entonces, desarrolla interesantes programas de asinoterapia, capaz de mejorar la destreza motora y el equilibrio de los pacientes, así como aumentar su fuerza y resistencia. Entre los beneficios psíquicos destacan la potenciación de la atención y la autoconfianza.
«Los visitantes pueden adquirir más información sobre la raza zamorana-leonesa –mediante paneles interactivos, vídeos - e interaccionar con los animales presentes –siempre hay cinco, cedidos por los habitantes- tocándolos o saliendo a dar una vuelta con ellos por los alrededores», asegura Carmen Santos.
«Los burros, al igual que los perros, perciben muy bien el estado de ánimo de las personas y pueden comunicarse con ellas. Estimulan, por ejemplo, las relaciones sociales de los niños autistas, quienes experimentan progresos en su expresión verbal (incrementan su vocabulario)», detalla la psicóloga Paula Santos, responsable, junto a su hermana, de este «museo vivo».
Con los mayores realizan ejercicios de rememoración mediante el cuidado del asno a través del uso de los aperos. «Para reclusos y drogodependientes , así como para promover la resolución de conflictos, la relajación o el liderazgo dentro de las empresas ...». Los burros servían, y sirven para mucho.
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