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Algo más que percebes

¿Acaso es mejor que lo ya terminado o a medio terminar se pudra entre el óxido y entierre miles de millones?

abel veiga

No, no está dedicada esta tribuna a estos crustáceos. Probablemente en pocos sitios tienen un sabor y una magia envolvente de un paisaje tan sublime como en San Andrés de Teixido. La Galicia atlántica, abierta, mágica. La que no pide nada a nadie, salvo lo que es justo, lo que es suyo. La que no discrepa ni se enfrenta cuando a otras comunidades se les ha dado, les han dotado de infraestructuras, de fondos y muchas otras cosas. Porque este país se ha construido a retazos, apostando más por unas regiones que por otras. Pero esa es otra historia, la misma que algunos diputados nacionalistas catalanes olvidan y anclan en su irredento nacionalismo victimista y falto de solidaridad.

Ahora, la andanada nueva, una vez que el gobierno central da luz verde a los tramos más angostos y complejos del AVE a Galicia, la bravuconada envuelta de ironía falaz que no mordiente ni inteligente del diputado catalán, se envuelve en argumentos de torpe demagogia que solo la soberbia irroga y arroga, y el desprecio hacia las necesidades, las posibilidades y una parte del futuro de Galicia. Bien es verdad que si fuésemos racionales, eficientes y sensatos, tal vez no hubiera sido necesario un AVE a todas y cada una de las perpendiculares de este país. Pero las cosas fueron como fueron y hoy son como son y no tenemos los gallegos y el resto de españoles que renunciar a ellas, por mucho que escueza en no pocas comunidades pero sobre todo en el gobierno catalán que recorta en servicios pero no en identidades político lingüísticas nacionalistas, en externalidades a modo de embajadas absurdas y en movilizar a la ciudadanía a través de un entramado de entidades que son bien subvencionadas.

Es cierto que incluso alguna presidenta de comunidad autónoma popular también ha cuestionado esta inversión. Pero lo ya hecho es como el Gaiás, se termina y se procura ponerlo en valor. Algunos preferirían perder un ojo antes que se concluyesen las obras. Algunos sólo ven lo que quieren ver. ¿Acaso es mejor que lo ya terminado o a medio terminar se pudra entre el óxido y el abandono que entierre miles de millones de euros? El diputado popular en las Cortes, Celso Delgado, lo dijo de forma gráfica y categórica respondiendo al órdago del diputado nacionalista catalán, y con fina ironía realista le felicitó porque «tiene la oportunidad de viajar de Madrid a Barcelona hoy mismo con 28 trenes, de los cuales 27 son AVE, y nosotros, los gallegos, tenemos un tren diurno y dos nocturnos, y en el mejor de los casos siete, ocho y diez horas de viaje. Aspiramos simplemente a tener lo mismo que usted ya disfruta. Me alegro por usted, debía usted de alegrarse también por los demás».

Pero esto es lo que no quieren, ni tampoco desean entender, quiénes solo piensan en clave de su país en contraposición al resto. Como ha hecho el diputado Pere Macias. Y antes hizo el alcalde de Barcelona Trías o el presidente de «ferrocarriles» catalanes, Ticó, al calificar esta obra de vergüenza y sangría. Esta es la realidad. La que les gustaría ver a Galicia siempre en un pelotón de segunda fila.

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