Muere el hombre con el primer corazón artificial implantado en Cataluña
Eufemio García había comparecido con el equipo médico que lo trató sólo 24 horas antes de su fallecimiento

Un día después de acaparar todos los «flashes», Eufemio García, el paciente de 57 años que recibió el primer corazón artificial en Cataluña, ha sido encontrado muerto esta mañana en el sofá de su vivienda. Al parecer, ha sido su esposa la que le ha hallado. Médicos del Hospital de Bellvitge de Barcelona, que le implantaron el dispositivo el pasado 23 de noviembre, no detallaron el motivo del fallecimiento.
Ayer, no obstante, informaron que Eufemio padecía serias dolencias asociadas -tenía hipertensión y había superado un cáncer- que le impidieron acceder al trasplante. Fuentes próximas al centro apuntaron que pudo tratarse de un paro cardíaco . Los especialistas del hospital barcelonés no harán declaraciones hasta que se realice la autopsia, que, según han precisado a ABC, "podría demorarse". Consternados por la noticia, los cirujanos que le intervinieron han asegurado que ayer no percibieron ningún síntoma de alarma en el paciente, con el que pasaron varias horas con motivo de la rueda de prensa.
Se trataba del primer dispositivo de asistencia ventricular que se colocaba en Cataluña y le iba a permitir al paciente autonomía total. En España era el tercero tras sendas experiencias en Madrid y Córdoba.
Tras estudiar su caso, un equipo de cirujanos del Hospital de Bellvitge de Barcelona, dirigidos por el doctor Nicolás Manito, le había elegido candidato a un corazón artificial. Descartaron el trasplante por problemas de salud añadidos.
El dispositivo implantado finalmente, denominado Incor, era una turbina que complementaba la función de bomba que realiza el ventrículo izquierdo. Se inserta en un extremo del citado ventrículo y extrae sangre del mismo para conducirla a la aorta torácica con un flujo continuo. Todo el dispositivo es intracorpóreo, a excepción de un cable que emerge del abdómen, y que está conectado a una unidad de control con dos baterías con una autonomía de hasta cinco horas y media.
«Cinco meses durmiendo de pie»
«Durante cinco meses estuve durmiendo de pie o recostado en una silla», explicaba ante los medios este hombre al que su vida había dado un un giro de 180 grados el pasado 23 noviembre cuando le fue implantado el corazón artificial.
Eufemio García contaba que no podía ni pasear con su familia, su fatiga diaria le impedía llevar una vida normal y, al llegar la noche, empezaba su particular tortura. «Durante cinco meses estuve durmiendo de pie o recostado en una silla», explicaba este paciente al que su vida dio un giro de 180 grados el pasado 23 noviembre cuando le fue implantado un corazón artificial.
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