INSEGURIDAD
Crece el número de secuestros express en la península del Sinaí
El breve secuestro ayer de dos turistas estadounidenses en el Sinaí, un eslabón más en la cadena de sucesos similares que han sucedido en los últimos meses, supone una muestra preocupante del deterioro de la seguridad en esta península egipcia, uno de los lugares más turísticos del país. Algunos grupos de beduinos, que resienten la discriminación a la que se han visto sometidos durante décadas, parecen haber aprovechado la relajación de las fuerzas de seguridad desde la revolución para tomarse la justicia por su mano.
Ayer, las dos estadounidenses, de 74 y 64 años, fueron secuestradas junto a su guía egipcio por un grupo de hombres armados cuando viajaban con otros turistas desde el monasterio de Santa Catalina hasta la localidad de Sharm el Sheij. El hecho de que el resto de viajeros fueran desvalijados por los secuestradores hacía suponer que no se trataba de terroristas y, poco después, el ministro de Turismo confirmaba que los captores querían a cambio de su liberación la excarcelación de un grupo detenido por traficar con opio. Los tres fueron liberados a las pocas horas.
Esta semana, un grupo de 25 trabajadores chinos fue secuestrado también en el Sinaí y liberado apenas un día después. Los secuestradores, también beduinos, pedían la excarcelación de varios detenidos. El mes pasado, otro grupo de 50 turistas alemanes y británicos fueron retenidos durante varias horas por hombres armados.
Hosni Mubarak solía celebrar las cumbres internacionales en Sharm el Sheij en parte porque era uno de los lugares más seguros de Egipto. Aunque también ha sido escenario de atentados terroristas, este tipo de sucesos eran inéditos hasta ahora.
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