TRIBUNA ABIERTA
Déficit es riesgo
Tener déficit público conlleva la dependencia de los prestamistas, de los que nos dejan dinero a cambio de cobrarnos intereses
La cesión de la política monetaria al Banco Central Europeo y la crisis financiera han evidenciado que, estando en el Euro y en un mundo globalizado, tener déficit público no es en sí mismo un elemento positivo, como han defendido dogmáticamente los viejos partidos de la izquierda. Si España está al borde del abismo es porque nuestras administraciones públicas y entidades financieras están endeudadas hasta las cejas, y las constancias vitales de nuestra economía —cinco millones de parados, la galopante destrucción de empresas, el cese de actividad de autónomos, y un mercado laboral y un sistema de ocupación obsoletos— alarman a aquellos que compran deuda española.
Tener déficit público conlleva la dependencia de los prestamistas, de los que nos dejan dinero a cambio de cobrarnos intereses. Que la prima de riesgo de la deuda española esté disparada no es más que una prueba de desconfianza en nuestra capacidad de hacer frente a los compromisos financieros. Los datos de desempleo, la deuda privada de nuestra banca con el exterior, las insuficientes reformas estructurales y la incertidumbre sobre nuestros actuales y futuros dirigentes políticos son los principales motivos para dudar de nuestra solvencia.
Si bien es cierto que en los mercados de deuda hay especuladores que hacen fluctuar coyunturalmente la prima de riesgo, no podemos esquivar la realidad. Un país que se ha endeudado por encima de sus posibilidades y que lleva años en caída libre, debe asumir como prioridad la rebaja de un déficit público desbocado.
Pero la receta para reducir déficit no es solo recortar, sino también incentivar la creación de empresas y la contratación de trabajadores mediante bonificaciones sociales y fiscales al emprendedor, generando así nuevas cotizaciones, creación de riqueza y más recaudación de impuestos. Si se consiguiera empezar a crear empleo se acabarían muchas de las dudas que penden sobre nuestra economía. Si por el contrario el próximo gobierno no aborda con urgencia y valentía las reformas del mercado laboral, del sistema de ocupación y la reforma de nuestras estructuras políticas y administrativas, este país caerá al vacío. En situaciones excepcionales hacen falta medidas excepcionales.
Albert Rivera es presidente de Ciutadans.
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